La concejala de Más Madrid Esther Gómez denunció este viernes que las cuentas contemplan “menos trabajadores en la empresa pública que en 2025 en un momento en que los problemas de movilidad de la ciudad traen de cabeza a todo el mundo con colas interminables para coger el autobús, trayectos que cada vez son más largos para ir al trabajo, al médico o a clase”.

A la crítica se sumó el edil socialista Ignacio Benito, que señaló que Madrid “cuenta cada día con 200 autobuses menos por falta de conductores” precisamente en un Madrid en “el que subirse al bus requiere de un ejercicio de contorsionismo porque están saturados”.

Carabante señaló que los niveles de plantilla son una estimación de lo que sería necesario para dar cobertura a las necesidades de movilidad y que se ha firmado por primera vez un convenio con los sindicatos para pactar el “dimensionamiento de la plantilla”.

Asimismo, apuntó al problema del absentismo. “El problema es que para la izquierda es muy difícil entender que con los mismos trabajadores se puede prestar un mejor servicio, pero eso sí lo han entendido los sindicatos porque han pactado también una mejora de la productividad y por tanto una reducción muy importante del absentismo”.

Explicó que por cada punto de mejora del absentismo “es como si trabajaran 100 personas más” para EMT. Por tanto, “con la misma plantilla es posible prestar mejor y mayor servicio”. En ese sentido, agradeció a los sindicatos haber pactado reducir ese “absentismo para poder poner a disposición de los madrileños un mayor número de trabajadores”.

Desde Más Madrid, Gómez expresó que “no es el momento de reducir la plantilla efectiva de la EMT, sino de contratar ya los más de 300 conductores que hacen falta para dar un servicio digno a la población y no esperar ni un día más”.

Benito por su parte apuntó también a la gestión de los aparcamientos de EMT. Afirmó que “todas las líneas estratégicas de la EMT dan pérdidas, salvo los aparcamientos”, por lo que volvió a pedir que la EMT “gestione todos los aparcamientos cuya concesión venza”.

A su juicio, el Ayuntamiento “se los está regalando a empresas privadas y los madrileños pierden decenas de millones que podrían ir a reforzar el transporte público”. No obstante, el delegado relató que “no se regala nada” y que esa gestión supone un “ahorro para los madrileños” porque son aparcamientos que en algunos casos tienen 50 o 60 años y requieren de inversiones que realizan las empresas concesionarias para que no recaigan en las arcas públicas.