Sevilla dijo que este plan, anunciado el día anterior por el líder socialista, José Luis Rodrígue-Zapatero durante el debate con Aznar acerca de la situación de los carburantes, es "lo que el Gobierno debería hacer, en lugar de estar mirando al cielo a ver si escampa".

En concreto, se plantea una rebaja del impuesto sobre el gasóleo para los agricultores, y una reducción de la presión fiscal, en forma de los módulos de IRPF y del IVA repercutido, y de las cotizaciones a la Seguridad Social para transportistas y pescadores.

Jordi Sevilla también lanzó la propuesta de una tasa que grave los beeficios extraordinarios de las petroleras, y la vuelta a un sistema de precios máximos que ponga coto a las empresas, sobre todo, después de que el propio Aznar expresara sus sospechas sobre posibles pactos, y encargara un informe sobre este asunto al Tribunal de Defensa de la Competencia (TDC).

El dirigente del PSOE dijo que un Gobierno debe medirse por su habilidad para hacer frente a situaciones difíciles, y cifró en 13.000 millones de pesetas el coste fiscal de la rebaja de impuestos sobre el gasóeo para los agricultores, cuando el aumento del precio del crudo le supone al Estado unos ingresos adicionales de 1.000 millones de pesetas diarios.

"La obcecación del Gobierno del PP no es moralmente defendible", dijo el portavoz socialista, cuando su actitud pasiva le permite beneficiarse en forma de mayores ingresos fiscales, y señaló que el conjunto de medidas urgentes que porpone el PSOE para hacer frente a esta situación, "sería fiscalmente neutra", aunque evitó dar una cifra sobre el coste que endría para las arcas públicas.

Incluso adelantó que la vuelta al sistema de precios máximos de los caburantes que plantean los socialistas ha sido consultada con las operadoras petroleras, y señaló que, "lejos de parecerles un disparate, encuentran que puede ser una salida a la presión que están soportando".

Adelantándose a las críticas del Gobierno sobre la vuelta al sistema de precios máximos, alegando que ahora el combustible sería aún mayor que el actual, Sevilla dijo que el tope no tiene qu calcularse como se hacía en los años 90, cuando gobernaba el PSOE.

Admitió que la petición de una tasa a los beneficios no resulta tan agradable a las petroleras, pero señaló que "a nadie nos gusta pagar impuestos, y no los pagaríamos si no fuera porque son obligatorios".

Permitir a las cooperativas que se conviertan en distribuidoras de carburantes, aplicar políticas de incentivo al ahorro energético y las energías alternativas, más apoyo al transporte público, y una acción decidida del Gobiern ante las autoridades comunitarias para establecer un gasóleo profesional para todos los sectores que usen en su actividad productiva, forman parte también del 'paquete' de medidas propuestas por los socialistas.