En la rueda de prensa posterior a la reunión de la Permanente de la Comisión Ejecutiva del PSOE, Blanco subrayó la "cohabitación de banderas" del PP y de Falange, y de los propios dirigentes de ambos partidos Ángel Acebes y Ricardo Sáenz de Ynestrillas.

Blanco dejó claro que el PP tiene "todo el derecho" a manifestarse contra el Gobierno, como lo tiene el PSOE a opinar y a decir que es "irresponsable hacerlo con el terrorismo como pretexto, inmoral hacerlo sobre mentiras que no se convierten en verdad por repetirlas mil veces, y es cobarde esconderse detrás de una asociación de víctimas para protegerse de las críticas".

A partir de ahí, aseguró que todos los manifestantes, sean pocos o muchos, merecen ser escuchados y respetados, pero advirtió al PP de que, si fundamenta sus expectativas electorales, "igual que cuenta manifestantes" se comprende que después "tengan depresión".

Blanco reiteró el mensaje del presidente del Gobierno para que el PP "abandone la radicalidad y los excesos verbales y recupere el sentido de Estado", pero reconoció que se trata de un llamamiento al aire porque no existe previsión alguna de acercamiento al PP mientras no corrija su actitud.

En opinión del PSOE, los dirigentes del PP han dado "razones suficientes para pensar que prefiere que no haya paz mientras gobierne Zapatero".

"VILEZA"

Si en el Reino Unido el partido conservador hubiera cometido la "vileza" de Mariano Rajoy "aún habría terrorismo" en Irlanda del Norte, sentenció Blanco.

"Salvando todas las distancias", añadió, el Gobierno español seguirá luchando para acabar con la única banda terrorista activa en la Unión Europea, "si es posible con la ayuda del PP y, si no, sin ella".

El PSOE cuenta con que el PP "ha decidido no reconocer como tal ni respetar ninguna cuestión de Estado, ni el terrorismo, ni la posición internacional de España, ni los sectores estratégicos para la economía ni el desarrollo del Estado autonómico".

"Nada es para el PP una cuestión de Estado digna de ser respetada en su estrategia de tierra quemada, sólo su regreso al poder, y a ello supedita todo lo demás, incluido el interés general de España", aseguró Blanco.

Los dirigentes del PP ven en ello un dato objetivo con el que hay que contar, "nunca serán leales porque creen que la deslealtad les conducirá a buen puerto, les va bien, y lo seguirán creyendo hasta que los ciudadanos demuestren lo contrario en las urnas".

Sólo entonces, advirtió Blanco, los españoles podrán tener un partido de la oposición "responsable" y unos dirigentes conservadores "moderados y sensatos".

IMPROVISACIÓN EN EL 11-M

Blanco criticó duramente al PP, sobre todo al referirse a las reiteradas vinculaciones de la victoria electoral del PSOE con los atentados del 11-M, y a las informaciones sobre los supuestos datos que facilitó el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) al entonces ministro de Interior, Ángel Acebes.

Concluyó que Acebes tuvo información y "no hizo lo que tenía que hacer para prevenir" la comisión de los atentados. Por tanto, Acebes, Rajoy y Aznar son responsables de "improvisación y de intento de engaño masivo".

Los tres, dijo, deben "entonar el mea culpa, reconocer los errores y pedir perdón por haber mentido intencionadamente en el momento más dramático de nuestra historia reciente".