"Es un disparate pintar las aulas con el curso empezado", declaró Rafael Merino, concejal socialista responsable de Educación, porque "interfiere en el normal desarrollo de las clases y porque la inhalación de sustancias tóxicas como plomo o benceno que tiene la pintura puede provocar dolores de cabeza y mareos en el alumnado".

Por ello, Merino exigió que se suspendan estas obras y se retrasen hasta el verano, cuando las aulas están vacías y la climatología ayuda más a que se seque la pintura. A su juicio, pintar las aulas ahora es "una muestra más de la imprevisión, incompetencia e insensibilidad con la que trata la concejala de Servicios a la Ciudadanía, Ana Botella, los problemas escolares de Madrid".

"Al Gobierno de Gallardón parece no preocuparle que las clases se lleven a cabo entre brochas, cubos de pintura, olores desagradables y sustancias tóxicas", denunció el concejal socialista.

Merino señaló que esta imprevisión del Gobierno municipal ha provocado también que más de 5.000 alumnos hayan empezado el curso en Madrid en barracones, en otros colegios o entre cascotes, al no haberse terminado las obras en los colegios a principio de curso. Exigió que en lo sucesivo las obras se hagan en fechas no lectivas y concluyan lo antes posible.