Aunque realmente Puigdemont siempre ha estado al mando del partido, no se oficializó hasta el año pasado, cuando en el congreso celebrado en Calella su lista para volver a liderar Junts contó con el 90% de los votos de los militantes. En 2022 renunció a su reelección y Laura Borràs pasó a ocupar ese cargo hasta octubre de 2024.

Así, Puigdemont volvió al liderazgo de Junts el mismo día que se cumplieron siete años de la declaración unilateral de independencia y lo hizo rodeándose de sus afines, como Jordi Turull, Miriam Nogueras, Josep Rius, Antoni Castellà y Mònica Sales, ocupando la Secretaría General y las vicepresidencias.

El día de su reelección, apostó por dejar de “resistir” y pasar “a la ofensiva”, pero lo cierto es que su situación política no ha cambiado en este tiempo, ya que sigue sin poder beneficiarse de la ley de amnistía pese a que su partido fue el principal redactor de la misma, y tiene que llevar las riendas del partido desde Waterloo.

El pleno del Tribunal Constitucional decidió hace unas semanas admitir a trámite el recurso de amparo de Puigdemont contra la sentencia del Tribunal Supremo que rechaza que se aplique la ley de amnistía, pero no lo resolverá hasta el primer trimestre del año que viene, de modo que el expresidente catalán tendrá que esperar para ver si puede volver del “exilio”.

SITUACIÓN DEL PARTIDO

La situación del partido tampoco pasa por un buen momento. Por un lado, Junts sigue sin estar contento con el grado de cumplimiento del acuerdo que alcanzó con el PSOE en Bruselas para la investidura de Pedro Sánchez. Es cierto que se consiguió una ley de amnistía y que el Gobierno defiende la oficialización del catalán en Bruselas. Sin embargo, la amnistía aún no se le ha aplicado a Puigdemont y el catalán sigue sin ser una lengua oficial en Europa.

En febrero de este año, Junts dio una prórroga al Gobierno, le dio más tiempo para tratar de cumplir con puntos del acuerdo de Bruselas, pero le avisó de que no sería “indefinido”.

En marzo PSOE y Junts llegaron un acuerdo y presentaron una proposición de ley para el traspaso de competencias en materia de inmigración a la Generalitat de Cataluña, un hecho del que sacaron pecho los de Puigdemont, pero no se esperaban contar con el rechazo de Podemos, que hizo que no se pudiese aprobar la toma en consideración de esta iniciativa.

Además, la votación sobre la oficialización del catalán, el euskera y el gallego en la Unión Europea se aplazó hasta en dos ocasiones este año tras las dudas expresadas por algunos partidos. Fuentes de Junts reclamaron que en este tema haya “más implicación” de Sánchez para convencer a los países y sacar esta propuesta adelante. Justo esta semana España atrajo el respaldo de Alemania para este paso adelante.

TOMAR UNA DECISIÓN

Es decir, en este año con Puigdemont como líder de Junts de nuevo, no se han cumplido más puntos del acuerdo de Bruselas, una situación que llevó al partido a asegurar que en otoño “pasarán cosas”. De hecho, desde antes del verano se encuentra en un proceso de reflexión y hablando “con todo el mundo” de cara a decidir cuál debe ser su relación con el PSOE.

Jordi Turull aseguró el mes pasado que su partido tendría tomada la decisión antes del 21 de diciembre. Sin embargo, parece que esta decisión se ha precipitado y llegará en los próximos días. El miércoles Miriam Nogueras instó a Sánchez a hablar “menos” de “cambios horarios” y “empezar a hablar de la hora del cambio”.

Con ello, Junts volvió a lanzar un nuevo ultimátum al Gobierno y, pese a que Nogueras subió el tono en contra de Sánchez en su intervención en el Hemiciclo, desde el Ejecutivo se tomaron esta nueva amenaza con tranquilidad y trataron de minimizarla. En ocasiones, los socialistas han visto estos órdagos como un intento de “llamar la atención”.

Un día después, el partido convocó una reunión de la Ejecutiva nacional de Junts en Perpinyà, Francia, para que Puigdemont pueda estar presente de manera presencial”. “La decisión de lo que va a hacer Junts no la va a tomar nadie por Junts, la va a tomar Junts y la va a tomar el lunes en la dirección ejecutiva que está convocada”, aseguró Nogueras.

ALIANÇA CATALANA

Precisamente, sus pactos con el PSOE parece que le están empezando a pasar factura electoralmente en Cataluña y su discurso y posicionamiento sobre la inmigración está haciendo que se compare a Junts con Aliança Catalana. Sin embargo, el partido de Silvia Orriols crece en todas las encuestas a costa, especialmente, de los de Puigdemont.

Según una encuesta publicada por ‘La Vanguardia’ en septiembre, si se celebrasen elecciones ahora Junts pasaría de los 35 escaños que tiene hasta los 21 y, por el contrario, Aliança Catalana subiría de los dos actuales hasta los 19, siendo la fuerza ganadora en Girona y Lleida, dos territorios con un peso importante del voto independentista.

Junts trata de quitar importancia a este escenario, pero quienes sí están preocupados por la situación del partido son los alcaldes, sobre todo los de aquellos territorios en los que la formación de Orriols aspira a ganar en las elecciones municipales que tendrán lugar en 2027. Hace un mes se reunieron con Turull para trasladarle sus inquietudes.

Pese a que el partido enmarcó el encuentro en los que Turull mantiene asiduamente con los alcaldes, esta semana la reunión fue directamente con Puigdemont en Waterloo. En un momento en el que en el Parlament Junts no es decisivo, los alcaldes no quieren que también se pierda su fuerza municipalista en los menos de dos años que quedan para las elecciones.

Con este escenario, habrá que esperar a la decisión que Junts tome mañana; a ver si Puigdemont consigue finalmente la amnistía y puede volver a Cataluña y si el partido está dispuesto a hacer un cambio de estrategia que impida que los de Silvia Orriols le sigan quitando voto para las elecciones del 2027.