Dicho informe, titulado ‘Los ciclos combinados y la seguridad de suministro. Pasado, presente y futuro’, fue presentado este miércoles por Roxana Fernández, una de sus autoras, en un acto organizado por Fundación Naturgy. Algunos de los factores que pueden llevar a que la producción con gas no sea suficiente para cubrir la demanda al término de la década, según explicó Fernández, son la reducción de la potencia nuclear instalada y el fuerte incremento de las renovables, que aumentarán la intermitencia del sistema.

A ello se sumará la creciente necesidad de mantenimiento de los ciclos combinados que deberán funcionar de forma cada vez más intermitente, con continuas paradas y arrancadas, lo que no favorece su conservación.

De hecho, aunque actualmente la potencia instalada de esta tecnología alcanza los 24,5 gigavatios (GW), su disponibilidad real se sitúa en unos 17,7 GW, aportación que ya llega a ser insuficiente en los picos de demanda, lo que obliga a reducir las exportaciones o incluso a importar en momentos puntuales.

Por ello, Fernández alertó de que la solución no es construir más renovables ya que eso puede agravar estos problemas al hacer más difícil gestionar la entrada y salida de la potencia eólica y solar. “El sistema está al límite”, apostilló.

En este contexto, el estudio señala que la participación de las centrales eléctricas de ciclo combinado es clave para aportar flexibilidad y respaldo al sistema eléctrico español, tal y como se ha venido demostrando a lo largo del último año.

Entre las conclusiones del informe, además de la necesidad de mantener la potencia instalada, se aboga por revisar su retribución para incluir mecanismos para compensar su capacidad de respaldo y flexibilidad, que permitan afrontar sus costes de mantenimiento.