Así lo dijo ante los medios de comunicación en el Congreso de los Diputados, donde también explicó que fue un fallo tecnológico que provocó la caída de un servidor del sistema Cometa que recoge datos de geolocalizaciones de las pulseras antimaltrato y provocó que algunos de esos datos no llegasen al sistema “en tiempo”, es decir, hubo “delate”.

Redondo señaló que los conocidos como “botones del pánico” estuvieron en funcionamiento durante el periodo de la incidencia y que los protocolos que se activaron de forma inmediata tras conocer el fallo “funcionan y salvan vidas” cuando la “tecnología falla”. También recordó que “ningún sistema es infalible”.

Igualmente, defendió que el Gobierno trabajó en solucionar este problema con “delicadeza” al tratarse de víctimas de violencia de género, pero también con “mucha transparencia”, ya que se avisó tanto a las victimas como a todos los agentes necesarios para protegerlas.

Además, defendió la eficacia del sistema y señaló que desde Igualdad trabajan de forma “cautelosa” en los pliegos del próximo contrato del sistema de estas pulseras antimaltrato.