La Reina inició su intervención dando las gracias a todos los que han hecho posible el avance de la FAO que cumple 80 años y destacó que en este tiempo la organización de Naciones Unidas haya mantenido su "autoridad" y "legitimidad".

En este marco, en el que previamente había participado el papa León XIV, la Reina recuperó las palabras que Felipe VI pronunció recientemente ante la Asamblea General de Naciones Unidas donde proclamó que "la dignidad del ser humano no es negociable". Y pidió que "si hay alguien que tenga una idea mejor que seguir trabajando desde la cooperación multilateral que venga aquí y nos lo diga".

LAS MUJERES

En sus palabras como Embajadora Especial para la Nutrición de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Reina enumeró en Roma algunas de las razones para la "desesperanza", como el hecho de que "el hambre" siga siendo "una herida abierta y un arma de guerra en muchos lugares".

También destacó el papel de la población femenina, "las mujeres, señores - enfatizó- que son la columna vertebral de la agricultura familiar, el cuidado de los hijos y la gestión alimentaria de los hogares" y que siguen enfrentándose "a la desigualdad de acceso a los recursos, al crédito, a la tecnología y a la educación en muchas áreas".

La Reina también incidió en "la concentración corporativa de los sistemas alimentarios" que denuncian algunos sectores de la sociedad civil y la terrible paradoja de que "un tercio de la producción mundial de alimentos termina en la basura" mientras 700 millones de personas no tienen acceso a los alimentos.

"Las sequías, inundaciones, la desertización y otros fenómenos extremos consecuencia del cambio climático afectan en mayor medida a los que menos tienen" -"casualidad", añadió-, para poner el foco también en "las guerras prolongadas y las tensiones geopolíticas, las migraciones forzadas, la volatilidad de los precios, la pérdida de la biodiversidad ponen a prueba todos nuestros sistemas".

Ante ese panorama, la Reina pidió "recuperar la esperanza" recordando el papel que desempeña la FAO "con un compromiso inquebrantable" con el que, indicó, "España se siente muy vinculada".

La reina Letizia concluyó sus palabras recogiendo lo dicho por el Papa que minutos antes había proclamado la necesidad de "asumir el sufrimiento ajeno como propio".