En 1991 el sistema médico británico advirtió a los padres de la conveniencia de hacer dormir a los bebés en las cunas en posición supina, boca arriba, y desde entonces se ha conseguido reducir el índice de muerte súbita entre bebés normales en un 70 por ciento. No obstante, los bebés prematuros, que tienen una probabilidad 7 veces mayor de morir por muerte súbita, reaccionan mejor al dormir boca abajo en los primeros meses de suvida.

Esta aparente paradoja centrará el nuevo estudio que tiene previsto realizar el King's College Hospital de Londres, con financiación de la Fundación para el Estudio de las Muertes Infantiles.

El análisis tiene como propósito determinar cuándo es el momento adecuado para cambiar la posición de los bebés en las cunas. El estudio dará una guía a padres y médicos basada en las pautas de alimentación y de respiración particulares de cada bebé.

La guía se basará en el estudio de los niveles e oxígeno en la sangre de los bebés prematuros durante las dos semanas posteriores a su abandono del hospital. Controles regulares de los pulmones y los músculos de los bebés determinarán su estado de funcionamiento, que a su vez determinará el momento adecuado para cambiarlo de postura, en este caso boca arriba.