Investigación

Relacionan mayor riesgo elevado de demencia y envejecimiento cerebral con los barrios pobres

MADRID
SERVIMEDIA

Científicos de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte, aseguraron que vivir en un vecindario pobre está relacionado con un mayor riesgo de padecer demencia y envejecimiento cerebral acelerado en las primeras etapas de la vida independientemente de la educación y del nivel de ingresos.

Según informó este jueves el centro universitario, el estudio que acaba de publicarse en la revista ‘Alzheimer's & Dementia: The Journal of the Alzheimer's Association’, sugiere que atender los vecindarios desfavorecidos con programas de prevención de la demencia y concienciar a los médicos de esta situación podría reducir el riesgo de demencia.

De hecho, aseguró el neuropsicólogo clínico de la Universidad de Duke, Aaron Reuben, "si quieres prevenir la demencia y no le preguntas a alguien sobre su vecindario, te estás perdiendo información que es importante saber".

La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia, un trastorno neurológico que roba a las personas sus recuerdos y habilidades cognitivas. Se estima que hoy en día 58 millones de personas en todo el mundo padecen demencia, cifra que va camino de triplicarse hasta alcanzar los 150 millones en 2050.

A pesar del esperado aumento de casos y del inmenso coste emocional y económico que supone esta enfermedad para las personas afectadas y las familias, no existe cura ni medicamentos eficaces. Por ello, los investigadores buscan prevenir la demencia en lugar de tratarla mediante cambios en el estilo de vida, como la dieta y el ejercicio.

LUGAR DE RESIDENCIA

Aunque los hábitos saludables fortalecen la salud y la resiliencia del cerebro, Reuben tuvo curiosidad por saber si el lugar donde se vive predice su riesgo futuro de demencia mejor que cualquier combinación de opciones individuales.

"Quería entender si había un patrón geográfico en la demencia como lo hay en la longevidad, como las zonas azules”, refiriéndose a las regiones donde los residentes parecen vivir más tiempo que el promedio. De hecho, añadió el experto, "muchas decisiones individuales como lo que se come, lo que se hace para divertirse o con quién se pasa el tiempo, están limitadas por el lugar donde vive".

Así, el neuropsicólogo clínico y sus compañeros de la Universidad de Duke y con la colaboración de las universidades de Michigan, Otago en Nueva Zelanda y Auckland, examinaron los registros médicos y las direcciones de 1,41 millones de neozelandeses para buscar patrones teniendo en cuenta sus ingresos, empleo y nivel educativo, así como la accesibilidad al transporte y otros factores relacionados.

Al igual que en estudios a menor escala realizados en Estados Unidos e Inglaterra, Reuben y su equipo encontraron que aquellos que residían en las áreas más desfavorecidas tenían un 43% más de riesgo de desarrollar demencia durante 20 años de observación.

El especialista aseguró que “el hallazgo todavía plantea la cuestión de si los signos biológicos de la neurodegeneración asociada al vecindario podrían observarse antes en la edad adulta, mucho antes de que las personas presentaran problemas de memoria”.

ENVEJECIMIENTO CEREBRAL

Además, los investigadores analizaron los datos del Estudio Dunedin que analizó a casi 1.000 neozelandeses desde su nacimiento, documentando su salud psicológica, social y fisiológica, incluidos escáneres cerebrales, pruebas de memoria y autoevaluaciones cognitivas en la edad adulta.

De esta forma, Reuben descubrió que los miembros del estudio que vivían en vecindarios desfavorecidos durante la edad adulta tenían una salud cerebral considerablemente peor a los 45 años, independientemente de sus propios ingresos personales o su educación.

Se observó una peor salud cerebral en varias mediciones como células nerviosas más pequeñas en las áreas de procesamiento de información del cerebro y una comunicación menos eficiente entre las células del cerebro, así como más atrofia y microhemorragias.

(SERVIMEDIA)
14 Mar 2024
ABG/clc