En esta estimación difundida a través de su propia página web, el Banco Mundial señala que estas cifras no incluyen cantidades de dinero remitidas por medios informales, por lo que "el verdadero tamaño de las remesas es incluso mayor, lo que les convierte en la fuente de financiación exterior más importante para los países pobres".

En cifras absolutas, América Latina es la región del mundo que recibe más remesas de emigrantes, aunque las enviadas a países de Oriente Medio y el Norte de Africa suponen una aportación mayor al PIB de esos países.

El Banco Mundial sostiene que el envío de remesas por procedimientos ordinarios ha crecido desde los atentados del 11-S, debido al mayor control de los movimientos de dinero para prevenir el terrorismo internacional. Además, han aumentado las redes de oficinas de las empresas especializadas en este tipo de envíos.