Según la información remitida por la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), se mantuvo en la senda positiva del primer semestre del año, que le llevó a compensar parcialmente las pérdidas de los ejercicios 2019 y 2020, más de 7.100 millones de euros, derivadas de los ajustes de activos para ser cero emisiones netas y de la crisis sanitaria global.

El resultado neto ajustado se situó en 4.654 millones, cifra que casi triplica los 1.582 millones obtenidos en 2021. La aportación del negocio internacional fue cercana al 60%.

En el área de Upstream, negocio que desarrolla el conjunto de su actividad fuera de España, obtuvo un resultado de 2.431 millones, más del doble que los 1.063 millones del año pasado.

Los precios de los hidrocarburos, que reflejaron la inestabilidad del entorno, influyeron en esta cifra, con una media que, en el caso del crudo Brent, superó en un 55% a la del mismo periodo del año anterior.

Por su parte, el resultado del área de Comercial y renovables se redujo un 6%, hasta los 373 millones de euros. Repsol señala que dicha reducción se explica por los 300 millones de euros destinados a las rebajas de los carburantes que viene aplicando desde el 1 de abril, antes de que fueran aprobados por el Gobierno.

En esta cifra también influyó el esfuerzo de la compañía para tratar de amortiguar las consecuencias que el contexto de precios del mercado de electricidad y gas está teniendo para sus cerca de 1,5 millones de clientes de este negocio.

Por otro lado, el área de Industrial, que contiene el negocio de refino, logró un resultado de 2.031 millones de euros, multiplicando por seis los 339 millones de hace un año. La compañía valora su apuesta por el negocio industrial, con inversiones en las instalaciones de refino que rondan una media de 1.000 millones de euros anuales desde 2008.

Repsol indica que los márgenes medios de refino de los últimos periodos se sitúan muy por encima de los registrados en ejercicios anteriores, un alza a la que contribuyó el estado endémico del refino de la Unión Europea, que ha reducido su capacidad en más de un 10% en la última década, debido, principalmente, al cierre de 24 instalaciones provocado por un entorno de escasa rentabilidad e incertidumbre regulatoria.

El actual momento positivo del negocio de Refino no evitó que Repsol decidiese registrar provisiones por deterioro en el valor contable de sus refinerías, cuya rentabilidad y competitividad a largo plazo quedarían impactadas en caso de no corregirse aspectos como la inseguridad del entorno de negocio y la presión regulatoria y fiscal en Europa. Estas provisiones suponen la mayor parte de los resultados específicos del periodo enero-septiembre, que se situaron en -2.086 millones de euros.

La compañía destaca que en un contexto marcado por tensiones internacionales, continuó ejerciendo su labor como servicio esencial para la sociedad y garantizando el suministro en España, para lo que destinó más de 2.000 millones de euros a incrementar sus inventarios en los primeros nueve meses de 2022.

Adicionalmente, continuó con su esfuerzo inversor, principalmente centrado en la Península Ibérica. El total de las inversiones en los primeros nueve meses del año fue de 2.397 millones de euros, un 47% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior.

Asimismo, la fuerte generación de caja operativa de la compañía le permitió llevar a cabo una importante reducción de la deuda neta, que cerró septiembre en 2.181 millones de euros. Esta cifra supone un descenso de 3.581 millones de euros respecto a la registrada al inicio del presente ejercicio.

Además, la liquidez se incrementó hasta los 12.426 millones de euros, suficiente para cubrir 4,81 veces los vencimientos de deuda a corto plazo.

La actividad desarrollada por Repsol le llevó durante los primeros nueve meses del año a realizar una contribución fiscal de más de 11.800 millones de euros, de los cuales más del 70% se pagaron en España.