Revilla sentenció que "la única solución que existe a corto plazo para hacer frente a estos asesinos sanguinarios es actuar con contundencia".

Expresó, no obstante, su satisfacción por los escasos daños ocasionados por el artefacto explosivo ya que, indicó, "hoy podría haber ocurrido algo grave, porque no son las bombas de este verano, sino artefactos de bastante potencia, de 5 ó 6 kilos de explosivo", según declaraciones que difundió su Gabinete.

A pesar de mostrarse convencido de que "a medio y a largo plazo ETA se va acabar sin ninguna duda porque no puede ir en contra de toda la sociedad", lamentó que "a corto plazo seguirán actuando", dado que "mientras cuenten con financiación y el apoyo de un sector mínimo de la sociedad vasca, que les considera héroes y les dedican homenajes, resulta muy cómodo poner dos bombas al año y vivir tranquilamente cobrando por ello sin dar un palo al agua".

En este sentido, criticó la "falta de valentía" que demuestran "estos cobardes" que "últimamente han entrado en una dinámica creciente de extorsiones y de atentados con los que están recaudando del orden de 5.000 millones de las antiguas pesetas anuales y que lo único que denotan es su falta de escrúpulos y su carácter sanguinario".

Asimismo, aseguró que no tiene conocimiento de "ninguna negociación con ETA" y reiteró que el Gobierno sólo podrá emprender una negociación "sin claudicaciones políticas" si la banda abandona "definitivamente" las armas, algo que en su opinión "no se va a dar a corto plazo".