Así lo aseguró durante su intervención en el Foro Público de la OTAN en Madrid, un evento paralelo a la cumbre de la Alianza co-organizado por el Real Instituto Elcano, la German Marshall Fund, el Munich Security Conference y el Atlantic Council.

El Rey señaló que la guerra en Ucrania “está cuestionando muchas de las suposiciones y creencias que han prevalecido en Europa y Occidente durante más de tres décadas”, y añadió que actualmente “muchas de nuestras suposiciones o predicciones posteriores a la Guerra Fría parecen haberse evaporado”.

“Este contexto”, afirmó, “subraya la importancia de la OTAN como una Alianza que ofrece una disuasión creíble contra cualquier amenaza a la seguridad de sus miembros, en Europa y América del Norte, dondequiera que surja”.

Igualmente, sostuvo Felipe VI, “también subraya la importancia de la fuerza militar en general, y de la OTAN, que, como vehículo para la innovación militar y tecnológica, sigue siendo una base fundamental de nuestra seguridad”.

“Más que nunca”, reiteró el Rey, la Alianza Atlántica, “la mejor expresión de la unidad transatlántica”, está hoy día “demostrando su valor como faro de libertad para todos nuestros amigos y socios".

La región euroatlántica “seguirá ocupando un lugar destacado entre las preocupaciones de la OTAN”, dijo el monarca que, no obstante, advirtió de que “el foco del crecimiento económico mundial, la competencia militar y la rivalidad tecnológica se está desplazando hacia la región del Indo-Pacífico”.

ORDEN BASADO EN NORMAS

En todo caso, subrayó, “la guerra en Ucrania nos ha enseñado lo importante que es reunir el apoyo mundial en defensa de un orden basado en normas en Europa”, y destacó que hay “motivos para confiar en que la relación transatlántica es más fuerte que nunca y que Europa se ha mantenido unida frente a la intolerable agresión de Rusia”. Sin embargo, lamentó, “obtener apoyo más allá de la zona euroatlántica está resultando considerablemente difícil”.

Por eso, destacó el Rey, “estamos tan agradecidos de contar con la solidaridad de amigos como Japón, Corea, Australia y Nueva Zelanda, cuyos representantes nos acompañan aquí en Madrid”.

Finalmente, Felipe VI consideró que “una de las cuestiones más importantes a las que se enfrentan los líderes de la OTAN” en la Cumbre será “cómo lograr el equilibrio adecuado entre responder a las amenazas inmediatas en Europa del este y la necesidad de contrarrestar los desafíos sistémicos y a largo plazo”.

Del mismo modo, deberán estudiar “cómo equilibrar las dimensiones militar y política de la Alianza” , y de qué forma prepararla “para un aumento en la competencia entre las grandes potencias sin perder de vista otros desafíos transnacionales” como “el terrorismo o el nexo entre el clima y la seguridad”, concluyó.