Don Juan Carlos dijo a los soldados que a pesar de la situación que atraviesa el conflicto bélico, "habéi conservado en todo momento la sangre fría, observando una estricta neutralidad, sin tomar partido por ninguno de los bandos y ayudando a las víctimas, con independencia de su origen o de su religión".

El monarca resaltó que el trabajo del Ejército español en la antigua Yugoslavia ha servido para llevar "a aquellas tierras un poco de esperanza, en una guerra para muchos inexplicable, con una dedicación ejemplar que os honra y que ha hecho que todos los españoles se sientan orgullsoso de vosotros".

"Habéis intentado estar siempre donde había más víctimas inocentes, dando testimonio y ejemplo frente a quienes las originaban", prosiguió el Rey, quien recordó a los diez militares españoles fallecidos en Bosnia-Herzegovina.

Don Juan Carlos finalizó su alocución ante los 650 miembros de la "Agrupación Canarias" haciendo votos por la pronta solución de la guerra en los Balcanes.

Por su parte, el ministro de Defensa, Julián García Vargas, aseguró al contingente militar español que "los ciudadanoshan sufrido con vosotros" a través de los medios de comunicación.

García Vargas dijo que la labor humanitaria de los "cascos azules" ha fortalecido los lazos entre el Ejército y la sociedad y solicitó de los soldados que expliquen "a todos los españoles lo que ocurre en un Estado cuando se empeñan en destrozar lo que les une", en referencia al conflicto de la ex Yugoslavia.

La parada militar que sirvió para dar la bienvenida a los seiscientos cincuenta miembros de la "Agrupación Canarias" contó cn la presencia de miles de ciudadanos malagueños, que vitorearon al Ejército y al Rey.

Don Juan Carlos, que llegó al recinto portuario de Málaga alrededor de las cinco y media de la tarde, acompañado de autoridades civiles y militares, pasó revista a las tropas que minutos antes habían desembarcado del buque de la Armada "Castilla", que los trasladó desde la ciudad croata de Split.

Tras los discursos del Rey y del ministro de Defensa, una sección de abanderados de la Legión depositó una corona delaurel ante la imagen del Cristo de la Buena Muerte, patrón y protector de este cuerpo militar, mientras un capellán castrense rezaba un Padre Nuestro.

Los actos oficiales finalizaron con el desfile ante el Rey de la "Agrupación Canarias", encabezada por su coronel jefe, Angel Morales.

Soldados, familiares y amigos se desplazaron después al Campamento "Benítez", sede del Mando Legionario de Málaga, donde, en compañía de don Juan Carlos, participaron en un ágape.