Clima

Ríos árticos aceleran el deshielo de ese océano por incendios y pérdida de permafrost

MADRID
SERVIMEDIA

La degradación del permafrost -suelo permanentemente congelado- y los incendios forestales al sur de Siberia contribuyen a que ríos que desembocan en el Ártico aceleren el deshielo de ese océano, al que aportan agua dulce y calor, con lo que conviene regular y gestionar el comercio y los ecosistemas de esa zona del planeta a medida que se abre a nuevas rutas de navegación.

Ésta es la conclusión de un estudio realizado por siete investigadores pertenecientes a instituciones de Estados Unidos y Rusia, y publicado en la revista ‘Environmental Research Letters’.

Es posible que algún día el océano Ártico ya no albergue hielo, ya que las regiones del norte del mundo se calientan más rápido que el resto del planeta, una tendencia a la que los científicos denominan como amplificación del Ártico.

Se cree que el agua dulce que fluye hacia el Ártico desde tierra firme exacerba esa amplificación, pero el alcance de su impacto no se comprende completamente. La nueva investigación arroja luz a ese tema al analizar cómo ha cambiado en los últimos cientos de años el flujo del Yenisei, el río de agua dulce más grande que desemboca en el Ártico.

Estudios anteriores han atribuido los cambios recientes en el flujo de agua dulce en invierno hacia el Ártico al calentamiento de la temperatura del aire o cambios estacionales en las precipitaciones o la capa de nieve, pero la nueva investigación sugiere que el factor principal es en realidad la degradación del permafrost y los incendios forestales en el sur de Siberia.

DATOS DE ÁRBOLES

Los datos recopilados en los tramos superiores del río Yenisei en Tuva (sur de Siberia) se remontan hasta cierto punto. Para superar esto, Irina Panyushkina, del Laboratorio de Investigación de Anillos de Árboles de la Universidad de Arizona (Estados Unidos) y su equipo utilizaron datos de anillos arbóreos para mirar hacia atrás unos 300 años.

El flujo de la corriente -o la cantidad de agua que se mueve a través de un área determinada de un río a lo largo del tiempo- se puede inferir midiendo el espesor de los anillos de los árboles a lo largo de los años. Las mediciones durante temporadas específicas pueden incluso extraerse de los datos.

Los administradores de agua suelen utilizar la información del caudal anual para revelar los cambios promedio en las tendencias del caudal. Pero Panyushkina y su equipo hicieron algo novedoso cuando investigaron específicamente el flujo de los ríos en invierno.

"Encontramos un aumento sin precedentes en la tasa de flujo de invierno en los últimos 25 años", apunta Panyushkina. Esa tasa de flujo de invierno es casi un 80% superior al promedio observado durante aproximadamente 100 años. "En contraste, el flujo anual fluctuó normalmente durante el periodo de 300 años, con sólo un aumento de un 7% en los últimos 25 años", añade la investigadora.

Los datos de flujo de la corriente de invierno revelaron el papel del derretimiento del permafrost en el hielo del Ártico.

Dado que el hielo cubre los ríos durante el invierno en Siberia, las mediciones del flujo de la corriente del equipo sólo capturaron información sobre el agua bajo tierra, lo que incluye el agua del permafrost descongelado y el de los acuíferos bajo el permafrost, ya que la pérdida de éste conduce a un mayor intercambio de agua entre el río y los acuíferos. Estas dos fuentes de agua subterránea son cálidas en comparación con el aire gélido de arriba y derriten el hielo cuando desembocan en el Ártico.

FUTURO INCIERTO

También se cree que los incendios forestales son un factor que impulsa el deshielo del Ártico. "Sabemos que la frecuencia y la intensidad de los incendios forestales en Siberia han ido en aumento", indica Panyushkina, que añade: "Cuando los incendios ocurren en bosques con permafrost, hay un deshielo profundo bajo el incendio y el área afectada a menudo no se recupera hasta por 60 años. Cuando tenemos incendios a gran escala y de larga duración e incendios más frecuentes, tal vez estemos llegando al punto crítico cuando la degradación del permafrost no puede volver a la normalidad".

Los efectos combinados de la degradación del permafrost y los incendios son muy fuertes en la cuenca del río Yenisei, con más agua dulce y calor fluyendo hacia el Ártico en las últimas décadas, según el estudio. A su vez, el derretimiento del hielo marino también acelera el calentamiento global.

"El interés de la investigación en la región está en auge porque la temperatura de la superficie se está calentando mucho más rápido aquí que en cualquier otro lugar del mundo", recalca Panyushkina, que subraya: "Es un punto clave para la investigación del clima y ​​debido a que crecí allí y entiendo cómo funciona el sistema, es un tema de estudio natural para mí. También estoy muy interesada en conocer el impacto de un Ártico sin hielo en el entorno del paisaje circundante. Los humanos nunca antes habían visto un Ártico sin hielo. Mi mente todavía no puede comprender cómo el océano Ártico puede estar libre de hielo".

Para mediados de siglo, se espera que las condiciones cambiantes del hielo marino conduzcan a una mayor navegabilidad de buques que cruzan el Ártico. Una futura ruta de transporte transártico llamada Ruta Supra Polar unirá los océanos Atlántico y Pacífico a través del Ártico, lo que podría allanar el camino para un mayor comercio transártico.

"Esta fuerte perspectiva de que la flota de comercio mundial ingrese al Ártico abre la caja de Pandora de problemas geopolíticos y ambientales en el futuro cercano y refuerza la urgencia de un nuevo marco regulatorio por parte de organizaciones internacionales para garantizar protecciones ambientales adecuadas y estándares de seguridad de los buques", sentencia Panyushkina.

(SERVIMEDIA)
19 Ene 2022
MGR/clc