Según informó el Ministerio de Defensa, Robles se mostró “gratamente sorprendida” por “todo lo que se hace en esta escuela” y subrayó que “la excelencia en la formación que tiene el Ejército de Tierra hay que potenciarla al máximo”.

El director de la escuela, el general de brigada Carlos Frías, explicó a la ministra que además de los cursos de actualización para el ascenso, se dan otros de especialización transversales, tales como de idiomas, seguridad e inteligencia o liderazgo, que están dirigidos tanto a oficiales y suboficiales como a tropa.

La función principal, enfatizó el general director, es “proporcionar al personal del Ejército de Tierra los conocimientos necesarios para realizar ese cambio fundamental en la carrera militar, cuando se pasa de tareas de ejecución a tareas de gestión y planeamiento”.

La Escuela de Guerra tiene una media de 2.200 alumnos al año, y actualmente cursan enseñanza a distancia o presencial un total de 356 inscritos. Robles visitó algunas aulas y conversó con los alumnos del Curso de Capacitación para el Ascenso a Comandante, a quienes les preguntó si estaban estudiando la situación de la guerra de Ucrania.

CURSOS PARA CIVILES

La titular de Defensa, que estuvo acompañada por la subsecretaria de Defensa, Adoración Mateos, y el jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), general de Ejército Amador Enseñat, se dirigió finalmente al personal de la EGE en el salón de promociones para felicitarles por “la importante labor que se hace aquí”.

Una de las principales actividades de este centro docente militar son los cursos de actualización para el ascenso (a teniente coronel, comandante o suboficial mayor), pero la formación de perfeccionamiento se extiende a otras áreas, como son las operaciones y misiones de paz, inteligencia, seguridad, estrategia y organización, comunicación social, idiomas, educación física y defensa NBQ (nuclear, biológica y química).

En total, la escuela realiza 58 actividades docentes, entre cursos y otras enseñanzas no regladas, como seminarios o jornadas que también se abren a civiles, siendo el caso de las jornadas para personal de la Cruz Roja, las jornadas de corresponsales de guerra dirigidas a periodistas, o el curso de observadores de misiones de paz.