Cataluña

La ruptura de ERC y Junts sacude los planes de Feijóo en Cataluña

- Una convocatoria electoral obligaría al PP a designar de forma exprés un nuevo candidato autonómico o apostar por Fernández una legislatura más, una opción que estaba descartada

MADRID
SERVIMEDIA

La decisión de Junts de finiquitar la coalición de gobierno con ERC y abandonar la Generalitat de Cataluña ha dejado en suspenso la hoja de ruta que el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, había diseñado en Cataluña y que no preveía una posible convocatoria electoral a corto plazo.

En la calle Génova 13 han sido siempre transparentes al respecto. El “melón” de Cataluña se abriría tras los comicios autonómicos y municipales de mayo e, incluso, podía esperar a que Feijóo se examinase en las elecciones generales previstas para diciembre de 2023.

El político gallego quería someter el debate sobre el futuro del PP de Cataluña a un proceso de maduración y veía con buenos ojos aplazarlo hasta 2024 aunque ya tuviese un resultado claro: la elección de un nuevo presidente autonómico en detrimento de Alejandro Fernández.

Sin embargo, el nuevo tablero político en Cataluña puede cambiar la estrategia diseñada por Génova, que cuenta con dos opciones si se convocan elecciones: designar un nuevo candidato por la vía exprés o volver a apostar por el político tarraconense para la nueva legislatura, una opción que estaba descartada hasta este momento. Todo dependerá del desenlace de los hechos.

Aunque en público el líder de la oposición apeló al "mínimo sentido de Estado" del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para evitar un pacto entre ERC y PSC que dé estabilidad política al Gobierno de Pere Aragonès, en Génova reconocen que "lo mejor para todos" es que la convocatoria electoral se dilate un tiempo.

54 DÍAS

Junts está por la labor de que los comicios sean inminentes y su secretario general, Jordi Turull, ya ha advertido a Aragonès de que su partido solo ve factible "dos opciones: o cuestión de confianza o elecciones". "No hay más", aseveró en una entrevista en la radio RAC1. El presidente de la Generalitat, sin embargo, anunció que seguirá adelante con su gobierno y que sustituirá a los consejeros de Junts con perfiles independientes, mientras que el PSC, en boca de Sánchez, se postula a tender la mano "en aras del interés general" de Cataluña. Esto da margen de maniobra a los populares.

Si la convocatoria de los comicios fuese perentoria, el PP contaría con unos plazos muy limitados para designar a su candidato autonómico. Las elecciones se celebrarían 54 días después de que Aragonès firmase el decreto de disolución del Parlamento de Cataluña, es decir, menos de dos meses. En ese plazo, Feijóo tendría que decidir si el PP se presenta a las urnas con Fernández como cabeza de lista o si designa a otro candidato.

Los acontecimientos de las últimas 48 horas apuntan que la legislatura aguantará como mínimo un par de semanas más, incluso meses si ERC y PSC logran entenderse. Ese escenario daría oxígeno al PP para explorar las distintas alternativas con más sosiego, sobre todo cuando el perfil de Fernández se contrapone con la política lingüística de Feijóo que, junto al "lastre económico" del independentismo, es la línea principal con la que el gallego se ha lanzado a Cataluña.

BILINGÜISMO CORDIAL

El nuevo PP ha suavizado su discurso a la hora de defender el castellano. Ya no apuesta por aplicar el '155 educativo' que exigía Pablo Casado para garantizar que el 25% de las clases en Cataluña se impartan en castellano, sino por que los partidos constitucionalistas se impongan en las urnas y garanticen el derecho de los alumnos catalanes a aprender castellano y catalán, para que después puedan tener la libertad de hablar la lengua que deseen.

"Bilingüismo cordial" o "cordialidad lingüística" es como Génova ha definido esta política, que ha sentado mal en el sector más nacionalista del PP catalán. Cayetana Álvarez de Toledo, número uno en la lista del PP por Barcelona en las últimas elecciones generales, tachó de "gallegada" esta posición y posteriormente rompió la disciplina de voto del PP en el Congreso al apoyar la aplicación de un '155 educativo' en Cataluña, alineándose con Vox y Ciudadanos --el Grupo Parlamentario Popular se abstuvo--.

Tampoco casa con el perfil de Alejandro Fernández, según apuntan desde los sectores más críticos del PP con su liderazgo en Cataluña. Estas mismas fuentes apuntan que el tono del tarraconense contrasta con el "bilingüismo cordial" de Feijóo y ensalzan al recién elegido presidente del PP de Barcelona, Manu Reyes, como "el mejor ejemplo" de que lo que necesita el partido en Cataluña. "Hay que apostar por un líder catalanista", ahondan.

HASTA 14 ESCAÑOS

"Alejandro no vale. Es un bluf", afirma otra de las fuentes consultadas por Servimedia, que recuerda que la candidatura de Fernández logró solo tres escaños en las últimas elecciones autonómicas, el peor resultado de la historia del PP. Este es otro de los motivos por los que el actual líder del PP de Cataluña no cuenta con la confianza de Feijóo para liderar el proyecto catalán: no tiene el perfil de "candidato ganador" que el gallego ha exigido a todas y cada una de sus organizaciones autonómicas.

Según el último barómetro del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), los populares se erigirían como la cuarta fuerza política del Parlamento de Cataluña si Aragonès convocase elecciones, con entre nueve y 14 escaños. El PP volvería a recuperar así el liderazgo de la derecha constitucional en Cataluña y lograría un peso parlamentario similar al que tenía antes del 1-O.

En Génova justifican esta buena evolución demoscópica en la apuesta de Feijóo por la “cordialidad lingüística” y su currículum como presidente de la Xunta de Galicia, otra “nacionalidad histórica”. Las mismas fuentes auguran que un candidato “catalanista” apuntalaría aún más la expectativa de voto al PP, aunque la ruptura de ERC y Junts abre la posibilidad de que Fernández repita como candidato. En ese caso, Feijóo monopolizaría el foco en Cataluña.

(SERVIMEDIA)
09 Oct 2022
PTR/man/jfl