Los tres participaron en la presentación del libro "Kosovo, las semillas del odio", escrito por el analista Ricardo Angoso y prologado por el socialista Jordi Marsal.

En la presentación, que tuvo lugar en la sede de la Comisión Europea en España, el embajador ruso alagó el libro de Angoso porque "pone las cosas en su sitio, en una región que sigue siendo un nervio abierto de sufrimientos, de calamidades y de unos desafíos intolerables en el siglo XXI contra la legalidad internacional".

El diplomático ruso, tras calificar de ilegal la declaración de independencia de esa provincia serbia, señaló que sigue el "sufrimiento" de la minoría serbia en la zona porque vive en "guetos, bajo la amenaza permanente de asesinato", y lo equiparó a la situación de los judíos durante la régimen nazi en Alemania.

Por su parte, la embajadora serbia, al igual que días atrás hiciera su presidente durante la visita a España, advirtió del precedente que se sembraría en el mundo si se reconociera la independencia de Kosovo.

Bacovic manifestó, parafraseando a Marsal en el prólogo, que Kosovo es una "herida abierta" en Europa y se preguntó si "seremos capaces de cerrarla".

En la misma línea se posicionó De Arístegui. El diputado popular exigió una actitud "más firme" de los que no reconocen la independencia, aludiendo al Ejecutivo español, y que se retiren las tropas españolas de la provincia serbia. Aseguró que Kosovo "no puede ser un Estado independiente por muchas razones".

Por último, Angoso denunció que la actual situación de "paz" en Kosovo y los Balcanes es un "espejismo" porque está condicionada a la presencia de fuerzas internacionales.

El autor del libro, editado por Plaza y Valdés, consideró que si se reconoce la independencia de Kosovo "se abre la caja de pandora de las reivindicaciones nacionalistas".