Así lo sostuvo Cabrera en una entrevista en Servimedia, donde indicó que la medida afecta realmente sólo a una ruta y además no en todas las frecuencias porque “es una ley con muchísimas excepciones” y se aplica a rutas que no operan desde antes de la pandemia.

Además, apuntó que si en España se llegara a aplicar algo similar, Ryanair no se vería afectada ya que su operativa, en general, no incluye rutas que compitan con el AVE y prioriza las conexiones internacionales y con los archipiélagos canario y balear.

En cuanto al futuro de la aviación, admitió que “no hay otras soluciones, no hay un plan B y el plan A es ir hacia un turismo más sostenible; las compañías aéreas están totalmente implicadas y nosotros en particular”.

A este respecto y a diferencia de lo aprobado en Francia, “nosotros creemos que lo que tiene impacto ambiental ahora mismo es hablar de combustibles sostenibles y hablar de renovación de flota”.

En esta línea, destacó que la compañía prevé recibir 110 nuevos aviones entre 2023 y 2024 y que, además, tiene comprometidas otras 300 nuevas aeronaves a partir de 2025.

Cabrera destacó que estos nuevos aviones Boeing 737 emiten un 20% menos de CO2 que las aeronaves que están reemplazando, además de ofrecer un 6% más de espacio para los pasajeros y un 40% menos de contaminación acústica.

Más allá de la antigüedad de la flota, que en Ryanair es solamente de ocho años de media, valoró que la compañía no ofrece vuelos en conexión ya que “las escalas contaminan muchísimo más”.

También se refirió al uso de combustibles sostenibles, los SAF. Sobre este aspecto, destacó que Ryanair se ha fijado el objetivo de que alcancen el 12,5% en 2030.

“Estamos yendo más allá porque es más del doble de lo que está pidiendo la Unión Europea en ese sentido”, destacó, tras recordar que el objetivo de Bruselas para 2030 es que las aerolíneas utilicen el 5% de SAF en sus operaciones.