En su comparecencia ante el Pleno del Congreso, Sánchez volvió a arremeter contra PP y Vox por no facilitar la convocatoria de elecciones en la Comunidad Valenciana “tras la tragedia de la dana” cuando los presidentes autonómicos llevan “siete años” exigiéndole a él que adelante la cita con las urnas.

Tras fracasar en sus intentos de persuadir a Feijóo para que renuncie a un pacto con Vox, Sánchez apeló a Santiago Abascal para que “no pacte con la derecha” y facilite que los valencianos voten su futuro. “No quieren más dosis de negacionismo, lo que quieren es cambiar el rumbo después del desastre que ustedes han traído a la Comunidad Valenciana”, clamó sin mucha esperanza.

De hecho, dio por hecho que los contactos seguirán adelante y, por ello, exigió que las conversaciones transcurran con “luz y taquígrafos” para “saber exactamente qué negocian”. Según avanzó, el Gobierno “va a estar vigilante para que ninguno” de los acuerdos que se pueda suscribir “vulnere los compromisos internacionales” ni “la legislación vigente en materia de derechos y libertades”.

Buena parte de la primera intervención de Sánchez fueron ataques a “la oposición destructiva” del PP. Primero, espetó a los populares su voto en contra en el Parlamento Europeo a los objetivos de reducción de emisiones en un 90%. Después, su falta de “propuestas” durante la pandemia, las crisis económicas o los “desastres naturales”. En tercer lugar, su rechazo a la mayoría de los proyectos de su Gobierno. Y, por último, la “privatización” de los servicios públicos.

Sánchez también presentó a su Gobierno como el más “parlamentario” en “la historia de la democracia” a pesar de estar en minoría tras su ruptura con Junts, y presumió de ser el presidente que más ha comparecido ante las Cortes, frente a un Feijóo que, según dijo, “solo compareció en 10 ocasiones” en el Parlamento de Galicia “durante sus 13 años” al frente de la Xunta. El líder del PP negó la cifra desde su escaño.