Desde La Moncloa, fuentes gubernamentales confirmaron a Servimedia que la llamada se produjo este mediodía, pero los detalles de la misma los aportó la Embajada de Reino Unido en un comunicado. Después, un breve mensaje de Sánchez en Twitter informaba de esa conversación. En el caso de la llamada esta jornada de Sánchez con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, La Moncloa sí ofreció información sobre algunos de los temas abordados entre ambos durante los 45 minutos de conversación.

El día después de su comparecencia en el Parlamento británico y en un momento delicado sobre su continuidad en el cargo por las fiestas ilegales durante la pandemia, el primer ministro británico conversó con Sánchez sobre la “sólida relación bilateral” entre el Reino Unido y España y acordaron “profundizar aún más” los lazos anglo-españoles antes de la Cumbre de la OTAN.

Compartieron también, según el comunicado de la embajada británica, su “profunda preocupación” por los movimientos de Rusia sobre Ucrania y su frontera y estuvieron “de acuerdo en que cualquier agresión rusa costaría un alto precio”.

Sánchez y Jonhson, según el comunicado británico, agregaron que una “invasión” supondría el “riesgo de un conflicto prolongado y doloroso con graves consecuencias políticas y económicas”.

Los dos mandatarios también discutieron temas internacionales más amplios, incluido el abordaje de la inestabilidad en la región del Sahel y la migración ilegal.

Ambos líderes quedaron en continuar trabajando para lograr un tratado Reino Unido-UE sobre Gibraltar y el primer ministro británico reiteró a su homólogo español la importancia de lograr una solución sobre el Protocolo de Irlanda del Norte.

Según explicó Sánchez en su tuit, trató con Johnson "el fortalecimiento de nuestras relaciones bilaterales y lazos económicos. También hemos abordado la importancia del vínculo transatlántico para la defensa de Europa ante la próxima Cumbre de la OTAN en Madrid".

La llamada entre Sánchez y Johnson se produce en un momento en el que la posición del británico está más discutida que nunca en todo su mandato, tras admitir que acudió a una fiesta con un centenar de personas en los jardines de Downing Street en pleno confinamiento.