Lo hizo durante la presentación en la sede de la CEOE de la propuesta de la Presidencia española para fortalecer la resiliencia y la competitividad global de la Unión Europea en los sectores de energía, tecnologías digitales, salud y alimentación que el Ejecutivo llevará a Granada par debatir con el resto de Estados miembros.

El jefe del Ejecutivo dijo que “los días de las deslocalizaciones masivas, de la apertura indiscriminada, de la dependencia ciega en importaciones creo que tienen que acabar” y el continente se debe reindustrializar.

“Eso no significa que la Unión deba empezar a producir dentro de sus fronteras todo lo que actualmente trae de fuera”, aclaró. Sino que se trata, dijo, de lo contrario, de “ser estratégicos y centrar” los “esfuerzos en aquellos bienes servicios y materias primas” en los que ya Europa es competitiva a nivel mundial; en los que se podría situar a la vanguardia en unos años si se hace una apuesta estratégica; y, por último, en los que son “absolutamente imprescindibles para garantizar” la seguridad.

Para “reforzar” todas estas “capacidades” productivas, el jefe del Ejecutivo español apostó por “mejorar la colaboración entre el sector público y privado”, palabras que pronunció ante un foro de empresarios y después de que el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, mostrase su agradecimiento por la presencia de Sánchez y advirtiese de que para que haya una Europa “grande es fundamental que el sector privado sea grande”.

“Siempre trabajamos por nuestro país y, en este caso, por Europa. Y siempre estaremos a disposición de ese objetivo de una mejor calidad en todos los niveles”, manifestó el presidente de la CEOE a Sánchez ante un auditorio con decenas de personas en la sede de CEOE donde no solo había representantes del ámbito empresarial, sino también institucional y sindical.

Por último, el jefe del Ejecutivo afirmó que ante “los profetas del desastre” que llevan anunciando “el fin de Europa desde hace más de un siglo” y que “cada vez que ha habido una crisis han tañido las campanas del apocalipsis” y que “siempre se han equivocado”.

Así las cosas, ensalzó que “Europa no ha hecho otra cosa que prosperar”, tras reconocer que se ha “retrocedido en algunos indicadores importantes relevantes también para la definición del orden internacional de los próximos años” así como “perdido peso relativo en algunos muy importantes como es el tecnológico” en favor de países asiáticos.

No obstante, “Europa sigue siendo el mayor agente comercial del mundo, la primera receptora de inversión extranjera directa del mundo y la región con la población más cualificada y el segundo mejor ecosistema de innovación del planeta”, por lo que instó a ser “conscientes del enorme potencial que tiene esa idea que se llama Europa”.

Con este horizonte, defendió que “si tomamos las decisiones adecuadas, si nos centramos en avanzar, en consecuencia, y no en retroceder, si ponemos al frente de nuestras instituciones a profesionales capaces, guiados por la evidencia científica, también la empírica y los valores europeístas” y se mira “al futuro con ambición y también con optimismo”, Europa puede prosperar.

“El desafío que tiene la Unión por delante no es evitar su declive, ni tampoco resistir al desarrollo de otras regiones del mundo”, sino que el “desafío es liderar una nueva era de prosperidad global”, concluyó un “convencido” Sánchez de que ese reto se va a “lograr”.