Fuentes del Ejecutivo aseguran que Sánchez “nunca” va a “descafeinar” este instrumento constitucional y que, igual que hizo en la anterior de Vox de octubre 2020, participará en el debate para defender su gestión.

Ante la potestad de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, de elegir la fecha para la moción -una vez que Vox la registre formalmente- en el entorno de Sánchez todavía no han “debatido” en qué momento le conviene más electoralmente esta cuestión.

En el Gobierno consideran que la “papeleta” con esta moción la tiene el Partido Popular porque ya hay sectores que apuestan por apoyar la iniciativa que impulsa la formación de Santiago Abascal.

Pero en el Ejecutivo cuestionan esta moción, la segunda de Vox esta legislatura, porque va a suponer un “esperpento” y eso daña al crédito de la política, aunque mostrarán su “respeto” por la iniciativa de la que no hay no dudas en el ala socialista de que les viene bien políticamente para exponer aún más la gestión de Gobierno.

De hecho, el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, defendió que la moción servirá para conocer los “planes secretos” de la derecha de España y la “alternativa” que proponen al Ejecutivo “más allá de cargarse a Pedro Sánchez”.

En la misma línea, la ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, remarcó que la moción es un "instrumento constitucional" respetable pero la de Vox es "fruto de la estrategia que la derecha de este país viene desarrollando en el último periodo, de tierra quemada, de bronca, de estar permanentemente tachando de ilegítimo al Gobierno progresista". Asimismo, recordó que la moción debe ser "constructiva", por lo que se van a "contrastar dos modelos".