Sánchez, según fuentes de Ferraz, tiene previsto participar “en el mismo” grado que en otras campañas, y ahora mismo están agendadas entre “cinco y seis” visitas a la comunidad más poblada de España, con cerca de 8,5 millones de habitantes, tanto en la precampaña como en el periodo oficial de campaña electoral.

El objetivo de los socialistas es “movilizar a su electorado” ante la cita autonómica del 19-J y sacarlo de la “abstención” en la que, aseguran, se asentó en los últimos comicios de 2019. Con ese fin se prevén las visitas de Sánchez a casi todas las provincias, ya que ahora mismo tiene eventos planificados en seis, aunque se busca que pueda pisar las ocho.

Varias fuentes de la dirección socialista consultadas defienden la estrategia del PSOE que gira en torno a Vox y al “miedo” a que la candidata Macarena Olona sea decisiva en Andalucía. Aseguran que hay que hacer calar la idea de que la presencia de Vox “tiene que dar miedo” porque no son más que “lobos con piel de cordero”.

Defienden en las filas socialistas que Vox no está más asentado en Andalucía que en otros lugares, y aunque admiten que el partido de Santiago Abascal está “fuerte”, creen que Olona se las “prometía muy felices” en Andalucía y está viendo que tiene que pelear.

Sostienen que no existe “permeabilidad” de bloques, y que “el problema” no es que quite voto obrero, sino que el electorado está dividido en los bloques de izquierda y derecha, por lo que reconocen que su actuación pasa por “activar” al electorado porque “nuestro enemigo es la abstención” y porque, remarcan, “no se ve trasvase de voto socialista”.

Así las cosas, consideran que el PSOE tiene mimbres para ser “primera fuerza” y que los “elementos de combinación” que permitan recuperar el Gobierno de la Junta dependerán de la posición de los demás y, principalmente, del arrope que reciban las demás fuerzas de izquierdas que, celebran, ya han dejado atrás sus diferencias iniciales.