Sanidad mortuoria

Sanidad y comunidades aprueban la nueva guía de sanidad mortuoria

MADRID
SERVIMEDIA

El pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (Cisns) aprobó este viernes la ‘Guía para el fortalecimiento de la sanidad mortuoria en España’, una herramienta que tiene el objetivo de armonizar la regulación y los procedimientos post mortem en todo el territorio nacional.

Se trata de un documento técnico de carácter orientativo, no normativo, que proporciona criterios comunes, buenas prácticas y recomendaciones para mejorar la organización y prestación de los servicios mortuorios desde una perspectiva de salud pública.

La guía parte de un análisis de la situación actual de la sanidad mortuoria en España, caracterizada por una alta heterogeneidad normativa entre comunidades autónomas. Estas diferencias afectan a aspectos clave como los requisitos de inhumación, los plazos y autorizaciones para los traslados, la gestión ante fallecimientos en contextos de emergencia sanitaria, o la aplicación de medidas de bioseguridad.

Uno de los principales aportes de la nueva guía es la incorporación de un enfoque transversal de respeto a la diversidad religiosa y cultural. Por primera vez, un documento técnico estatal en sanidad mortuoria aborda de manera explícita la necesidad de compatibilizar los procedimientos funerarios con las convicciones y prácticas de diferentes comunidades religiosas presentes en España.

MEDIDAS PROPUESTAS

Entre las medidas propuestas destacan la flexibilización normativa para facilitar el cumplimiento de prácticas tradicionales propias de diversas confesiones religiosas, como la inhumación en un plazo breve tras el fallecimiento, el uso de sudarios en lugar de féretros, o la orientación del cuerpo según los preceptos de cada fe.

Estas prácticas se consideran legítimas siempre que se desarrollen dentro de un marco de garantías sanitarias suficientes, en coordinación con las autoridades de salud pública y los servicios funerarios.

Otra propuesta es la promoción de la formación específica y continuada del personal sanitario, funerario y administrativo en aspectos relacionados con la diversidad religiosa, cultural y étnica, así como en habilidades de comunicación y acompañamiento respetuoso a las familias.

Junto a ella, la elaboración y actualización de protocolos adaptativos para situaciones de emergencia sanitaria, catástrofes o fallecimientos múltiples, que incorporen la variable cultural y religiosa como elemento relevante.

RECOMENDACIONES

Además, se recomienda la designación de interlocutores institucionales especializados en diversidad religiosa, que actúen como puntos de contacto entre los servicios públicos y las comunidades afectadas, facilitando la resolución de incidencias y la planificación anticipada de respuestas culturalmente apropiadas.

Entre las recomendaciones de la guía destacan la creación de un sistema interoperable de información mortuoria, que permita integrar y conectar los registros autonómicos, municipales y estatales vinculados al fallecimiento, tratamiento y disposición final de cadáveres. Este sistema facilitaría la trazabilidad de los procesos, contribuiría a una vigilancia epidemiológica más precisa, y permitiría una mejor gestión en situaciones de fallecimientos múltiples, tanto en emergencias sanitarias como en catástrofes naturales o accidentes colectivos.

También, la revisión y actualización de los protocolos de actuación ante riesgos biológicos, situaciones de alto impacto sanitario, o fallecimientos en contextos de excepcionalidad (pandemias, emergencias climáticas, desplazamientos forzados). Estos protocolos incluirán medidas específicas para garantizar la bioseguridad del personal, el almacenamiento transitorio adecuado de cuerpos, y la disposición final con criterios de dignidad y proporcionalidad, incluso bajo presión asistencial.

Otra de las recomendaciones es el impulso de la coordinación interinstitucional, especialmente entre los servicios sanitarios, las autoridades funerarias, los registros civiles, los ayuntamientos y las comunidades autónomas. Se propone la creación de mecanismos ágiles de comunicación y colaboración, tanto a nivel ordinario como en situaciones de emergencia, que reduzcan las cargas administrativas, eviten retrasos innecesarios, y mejoren la respuesta integral y articulada ante cada fallecimiento.

(SERVIMEDIA)
04 Jul 2025
ABG/clc