El programa nació gracias a un acuerdo suscrito con el Ministerio de Educación y Cultura, y pretende evitar que los menores afectados por enfermedades que no les permita acudir al colegio no pierdan el ritmo de aprendizaje.

Los voluntarios de esta organización acuden al domicilio de los menores a impartir clases, ayudar a los alumnos para que recuperen la materia perdida y desarrollen hábitos de estudio, demás de apoyarlos con juegos y ejercicios.

Las personas interesadas en colaborar con este programa deberán ser diplomados en Magisterio, psicólogos, pedagogos o licenciados que dispongan de un mínimo de cuatro horas semanales en horario de mañana y tarde para atender a estos menores en sus domicilios.