Invasión Ucrania

Save the Children pide al Gobierno y a las comunidades que aprovechen el verano para preparar la escolarización de niños ucranianos

- La invasión rusa de Ucrania ha interrumpido la educación de 7,5 millones de menores

Madrid
SERVIMEDIA

Save the Children conminó este jueves al Gobierno y a las comunidades autónomas a que aprovechen los tres meses de verano para organizar clases preparatorias para los niños ucranianos llegados a España tras la invasión rusa de su país, en las que se haga hincapié en el refuerzo idiomático y en el apoyo cultural y psicológico, de cara a su escolarización para el curso 2022/2023.

Lo dijo el director de Cooperación Internacional y Acción Humanitaria de Save the Children, Vicente Raimundo Núñez-Flores, en una rueda de prensa ‘online’ organizada por la ONG para hacer balance tras 100 días de guerra en Ucrania, en la que también participó Neus Arnal Dimas, cooperante especializada en infancia en movimiento del colectivo y que está desplegada actualmente en la ciudad ucraniana de Dnipro.

En su intervención, Vicente Raimundo Núñez-Flores destacó que un total de 7,5 millones de chavales ucranianos han visto interrumpida su educación desde que se produjo la invasión rusa de Ucrania el pasado 24 de febrero.

A su vez, destalló, apoyándose en datos proporcionados por el Ministerio de Educación y Ciencia ucraniano, que al menos 1.888 centros escolares han sido atacados desde el comienzo de la agresión rusa, una cifra que supone más del doble de la cantidad de ataques de este tipo registrados en el este de Ucrania entre 2014 y 2021, cuando unos 750 colegios resultaron dañados, destruidos u obligados a cerrar.

Del mismo modo, un total de 180 escuelas han sido totalmente destruidas, lo que equivale a una de cada 10 atacadas este año; y 1.708 han sufrido algún daño, la mitad de las cuales se localiza en el este de Ucrania.

Por todo ello, comentó que, puesto que la guerra va a durar en el tiempo y dado el “número considerable” de menores acogidos en España, resultaría conveniente que las autoridades con competencias educativas comiencen a preparar su escolarización para el curso 2022/2023.

Cabe recordar que los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la población ucraniana en España, publicados el pasado viernes, indican que 40.219 chavales ucranianos habían sido matriculados en el sistema educativo español hasta el pasado 2 de mayo. Las matrículas de estos escolares se concentran en la Comunidad Valenciana, Cataluña, la Comunidad de Madrid, Murcia y la provincia de Málaga.

Ante esta situación, consideró que la educación ‘online’ no es más que un “paliativo”, por lo que animó al Ministerio de Educación y las comunidades autónomas a preparar su escolarización física, para lo que cual sería necesario que aprovecharan el verano para organizar clases preparativas en las que se enseñe a los menores ucranianos el idioma español y se les apoye cultural y psicológicamente.

Para ello, Save the Children reclamó que se utilicen los fondos europeos del mecanismo CARE (Cohesion´s Action for Refugees in Europe).

IMPACTO GUERRA

Por su parte, Vicente Raimundo Núñez-Flores subrayó que el conflicto en Ucrania, que se remonta a 2014, ha provocado oficialmente más de 4.000 muertos y 9.000 heridos, 400 de los cuales serían menores. Estas cifras “monumentales”, auguró, palidecerán “en cuanto puedan entrar (al país) los equipos de verificadores internacionales con seguridad”.

También comentó que 16 millones de personas en Ucrania necesitan ayuda humanitaria, una cifra equivalente al conjunto de la población de Portugal y Bulgaria, al tiempo que 6,8 millones de los ucranianos se han convertido en refugiados, un millón más que los ocasionados por la situación en Venezuela.

Expuso que cada segundo un niño se ha convertido en refugiado y atestiguó que el 66% de los menores ucranianos no viven actualmente en el lugar de residencia en el que moraban antes de la agresión rusa, bien porque se han desplazado a otras zonas de Ucrania, bien porque han huido a otro país.

Por ello, alertó de las consecuencias en términos de salud física y psicológica de esta situación, que “si no se atajan firmemente, se convertirán en un drama permanente”, y del riesgo de que las niñas sean víctimas de violencia de género y sexual.

Ante esta situación, reiteró la exigencia de un “cese inmediato de las hostilidades” y, mientras dure el conflicto, que se respeten las normas dictadas por el derecho internacional humanitario. De hecho, recordó que Save the Children ha puesto en marcha una campaña para tal fin a la que ya se han adherido 130.000 personas.

Vicente Raimundo Núñez-Flores concluyó su alocución explicando que las consecuencias de la guerra en Ucrania se extenderán a terceros países en forma de alza de precios de las materias primas y de los combustibles.

Esto le sirvió para reseñar que África tiene una dependencia estimada entre el 70% y el 100% del trigo ucraniano, por lo que, vaticinó, si Rusia continúa bloqueando su exportación, se atisba una “situación dramática” de cara al verano, cuyo rostro será una hambruna que se sumará a la sequía y a la pandemia.

SITUACIÓN SOBRE EL TERRENO

Por otro lado, Neus Arnal Dimas destacó que Save the Children trabaja en Ucrania para brindar a los niños del país “servicios esenciales de protección y educación”, por lo que exigió que se les deje actuar libremente en todo el país, especialmente en las zonas del este, donde actualmente Rusia está centrando sus ataques.

Tras argüir que la ONG también trabaja en Lituania, Polonia y Rumanía, confirmó que se ha atendido a 100.000 personas, 60.000 de las cuales eran menores, cuya mayor necesidad es la posibilidad de disponer de dinero en efectivo, sin menoscabo del acceso a agua potable, artículos de higienes y kits de comida.

Comentó que en Zaporiyia Save the Children ha radicado uno de sus principales ‘hub’ humanitarios, en el que sus profesionales detectan “casos de vulnerabilidad” y ofrecen a los niños “espacios de expresión”, poniendo como ejemplo que una niña relató que le gustaba estar allí porque “el cielo es azul”, en contraste con el de su lugar de origen, que era “gris y violento”.

Afirmó que “no se percibe, de momento, personas en situación de sinhogarismo”, como consecuencia de la habilitación de colegios como lugares de acogida, cuyas condiciones son de “hacinamiento”, como lo atestigua el hecho de que cinco núcleos familiares están conviviendo en el mismo aula.

Ante esta situación, mostró su preocupación por el destino de estas personas cuando se reinicie el curso escolar, una eventualidad que le llevó a pedir que se comience a trabajar para buscarles una reubicación.

Por último, manifestó que Save the Children ha creado unos “búnker kits”, compuestos de juguetes y materiales pedagógicos, para que los niños que viven en refugios “tengan acceso a momentos de reconexión de la infancia robada”.

(SERVIMEDIA)
02 Jun 2022
MST/gja