Serra, que calificó de "enormemente razonables" las últimas declaraciones de Guerra, no quiso responder a la pregunta de si él se encuentra entre los renovadores que quieren matar políticamente a Guerra, tal y como definió el "número dos" socialista a alguno de sus oponentes dentro del partido. Sí aseguró que no cree adecuado que se utilicen etiquetas para describir la realidad política del PSOE.

Respecto al congreso de los socialistas catalanes celebrado el pasado fin de semana, afirmó que h sido un congreso "muy democrático y transparente", y destacó el hecho de que por primera vez se haya introducido el voto secreto y por delegado en un cónclave socialista. "Cosa que ninguna otra fuerza política", apostilló, "ha hecho en España desde que tenemos democracia".

"Hemos elegido un mecanismo de dirección del partido con una capacidad de decisión política concentrado en un órgano menor, que creo que nos permitirá tomar mejores decisiones y adaptarnos más a las circunstancias. Además, hemos elgido una dirección de pluralidad y de síntesis, como siempre ha sucedido en el PSC", añadió Serra.

En declaraciones en los pasillos del Congreso, el vicepresidente no quiso aclarar si el Gobierno intervendrá finalmente en la crisis de la cooperativa PSV, e insistió en que el Ejecutivo seguirá cooperando en el objetivo final de que los afectados "acaben teniendo sus viviendas".

Por otra parte, se declaró firmemente partidario de una intervención militar en Bosnia, aunque dijo que esta medida se esá discutiendo en estos momentos entre los máximos dirigentes occidentales. "Lo inaceptable", señaló, "es seguir de brazos cruzados frente al asesinato indiscrimado de la población civil".

Por último, rehusó valorar el borrador de informe sobre nuevas competencias autonómicas elaborado por la Generalitat y se remitió a las palabras del propio Jordi Pujol en las que dijo que ese documento carece de validez oficial.