Shakira se sometía este lunes a juicio por delito fiscal. El Ministerio Público pedía para ella ocho año y dos meses de prisión y 23,5 millones de multa, pena que se ha visto sustancialmente reducida en virtud de un acuerdo que supone para la colombiana reconocer la comisión del delito. La pena de cárcel conformada será sustituida por el pago de una segunda multa de 432.000 euros.

La sentencia se ha dictado de viva voz en el juicio que arrancaba hoy y que no ha durado ni tres minutos. Con tres afirmaciones seguidas, la cantante reconocía los hechos, se daba por enterada del acuerdo alcanzado y después daba las gracias al tribunal. La sentencia es firme, por lo que la vista se da por terminada y Shakira no tendrá que asistir a ninguna otra sesión.

Hasta el último momento, la artista defendió su inocencia con el argumento de que durante los años que se le reclaman no tenía su residencia fijada en España y, por tanto, no estaba obligada a tributar en el país. La Agencia Tributaria la investigó con detalle y recopiló datos sobre su vida doméstica, la asistencia a revisiones médicas, al gimnasio, a la peluquería y todos tipo de servicios para demostrar que vivía en Barcelona.

En el juicio estaba prevista la declaración de más de un centenar de testigos, entre ellos un exnovio, su entrenador personal, su peluquera, dos ginecólogos o el portero de la finca donde se ubicaba su casa, cuya testimonio iba destinado a acreditar que su domicilio habitual se hallaba en Barcelona.

Han sido varias las ocasiones en las que la representación legal de Shakira ha intentado un acuerdo con la Fiscalía, pero no ha sido hasta las últimas horas cuando se ha materializado en los mismos términos que el Ministerio Público propuso en un primer momento. La cantante tiene aún otra querella pendiente por presunto fraude fiscal de seis millones de euros en 2018.

En un comunicado enviado al comienzo del juicio, su defensa asegura que el pacto el fruto del “desgaste y el tiempo” que este proceso ha supuesto para la artista que desea poner “punto y final” al asunto ante la “necesidad de priorizar su carrera y su estabilidad y la de sus hijos”.

“Para mí hoy ganar es recuperar mi tiempo”, asegura antes de concluir: “Tengo que escoger mis batallas y la más importante para mí ahora es hacer todo para que mis hijos vivan una vida plena y enfocarme en lo que es realmente importante: verlos crecer y pasar tiempo con ellos, sin someterlos a la angustia de ver a su madre en un juicio penal con el desgaste que supone”.