Los socialistas celebraron los resultados como una victoria, pero no hubo valoración oficial de los mismos más allá de la intervención de Sánchez en la calle la misma noche electoral, ensalzando que la suma de la derecha había “fracasado”.

De hecho, tras la reunión de la Comisión Ejecutiva federal del lunes en la que se analizaron los resultados y el escenario, no hubo comparecencia alguna ante la prensa.

Se distribuyeron unas “fuentes” del PSOE en las que se afirmaba que Sánchez había encomendado vacaciones y que se encontraría la fórmula para encontrar una salida y en eso están los socialistas de manera “discreta”.

Tras un par de valoraciones públicas de la vicesecretaria general del PSOE y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y del titular de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, los dirigentes socialistas han optado por un perfil bajo esperando que el Partido Popular se “cueza en su salsa” de la victoria electoral, pero con la imposibilidad de llegar a acuerdos para una investidura, como le dejó claro el PNV al rechazar el inicio de una negociación.

En el PSOE van a aplicar la máxima de “discreción” total en las negociaciones que aseguran que no han empezado como tal, aunque sí hay ya contactos para tantear la situación de los partidos.

Los socialistas se muestran convencidos de que no habrá nueva convocatoria de elecciones, pero, sin descartar ese horizonte, calculan los movimientos de estos días, y van dejar que todo el foco se ponga sobre el Partido Popular y su líder, Alberto Núñez Feijóo.

Los socialistas marcan la pauta agarrándose a que el procedimiento tiene sus plazos y que el primer hito es la constitución de la mesa del Congreso y del Senado. Para esas negociaciones ya trabajan los socialistas bajo el radar buscando el mayor rédito posible toda vez que no son la primera fuerza en ninguna de las dos Cámaras.

Cuando se llegue a ese momento, dicen, ya se pasará al siguiente: la posible investidura de Sánchez. No obstante, nadie descarta que la discreción en las negociaciones pueda saltar en cualquier momento, como ocurrió en 2019, anunciándose un pacto de gobierno y de investidura.