Los dos sindicatos han llamado a los empleados de estas empresas a una semana de concentraciones a las puertas de las fábricas, coincidiendo con la entrada y salida de los turnos.

La semana del 10 de noviembre se iniciarán paros parciales en cada turno y, sucesivamente, se alternarán semanas de concentraciones y de paros hasta llegar al 10 de diciembre, cuando está convocada una huelga general en todo el sector.

UGT y CCOO han señalado que el objetivo de estas protestas es conseguir que la patronal ceda en sus pretensiones y realice una propuesta sobre el convenio colectivo que las 2.000 personas del sector puedan aceptar.

Aseguran que la última reunión de la mesa negociadora quedó bloqueada a principios de mes porque el empresariado se negaba a avanzar en derechos y en salarios.

La primera reivindicación que plantean es la subida salarial. Ven insuficiente la propuesta patronal, porque aunque ha aceptado vincular los salarios al IPC, no contempla la recuperación del poder adquisitivo perdido durante los últimos años.

Los sindicatos también reclaman un mayor esfuerzo en la reducción de jornada, ya que el sector sigue muy por encima de la media y lejos de las 37,5 horas semanales que marcan la tendencia en la negociación colectiva.

Asimismo, afean a las direcciones de las empresas que no cedan en sus demandas relativas a jubilación parcial, el cuarto turno, las horas extra, la integración de pluses en el salario base, la eliminación del nivel 8 y el complemento por incapacidad temporal.