“No tengo otra vocación en mi vida que ser alcalde de Barcelona”, respondió en una entrevista en Servimedia al ser preguntado por su futuro político. “Ya he sido presidente del PP de Cataluña, sé lo que significa. Tengo muy claro que gobernar la ciudad de Barcelona es bueno para el Partido Popular y muy bueno para España”.

Sirera valoró la labor de Alejandro Fernández al frente del partido y negó que exista un movimiento interno para relevarlo. “No he escuchado a nadie en el PP catalán decir que quiera presentarse a un congreso para sustituir a Alejandro”.

Con respecto al congreso del PP catalán, que lleva más de tres años pendiente de celebrarse, reconoció que no tiene información al respecto, pero se mostró convencido de que se convocará “cuando toque, bien para relanzar al líder o para una estrategia distinta”. Fuera como fuese, señaló que “ahora mismo no hay alternativa” a Fernández.

En su opinión, lo que necesita el PP catalán es “abrirse de par en par” a la sociedad civil, a antiguos votantes de Ciudadanos, a socialistas desencantados con Pedro Sánchez y a “catalanistas no independentistas” procedentes del espacio de la antigua Convergència i Unió. “Nuestro partido puede convertirse en la casa común del centroderecha no separatista en Cataluña, como ya lo es en Galicia, Andalucía o Madrid”.

Sirera defendió que el PP catalán sí tiene peso político, y puso como ejemplo los resultados de las últimas elecciones generales del 2023. “Mucha gente dice que el PP catalán no pinta nada, pero le sacamos 100.000 votos a Junts y 7.000 a Esquerra. Eso significa algo”.

En cuanto a la relación con Junts, negó cualquier vía de entendimiento estructurada. “Cuando coincidimos en algo concreto, votan con nosotros y ya está. Pero ahora mismo Junts sostiene al Gobierno más corrupto de la historia democrática de España”.

Sirera criticó que los independentistas prioricen “la amnistía de su líder” antes que medidas como la ley para acabar con la multirreincidencia o la ocupación ilegal, promovidas por el PP. “Junts está más preocupado por mejorar la vida de un catalán que vive en Waterloo que por la de ocho millones que viven aquí”, reprochó.

Y auguró que acabará desapareciendo de la política catalana. “Es un partido basado en la adoración al líder, que dice ser de centroderecha pero sostiene a Sánchez y acepta las políticas de la extrema izquierda. Ha perdido toda credibilidad”. “Mi objetivo es ocupar el centro del centroderecha en Cataluña, y ahí este Junts no cabe”, concluyó.