“Imponer el catalán, establecer pinganillos y hacer cosas de este tipo, que son muy vistosas, no benefician en nada al uso normal del catalán en Cataluña”, añadió en una entrevista en Servimedia, en la que respaldó la posición de su partido contra la oficialidad del catalán en la Unión Europea y animó a la Generalitat a traducir los textos europeos con sus propios recursos.

Ayuso acaparó el protagonismo en la Conferencia de Presidentes de Barcelona al abandonar la cumbre cuando los presidentes de País Vasco y Cataluña, Imanol Pradales y Salvador Illa, intervinieron en euskera y catalán, respectivamente. Unos días después, Sirera reconoció que él “hubiera hecho otra cosa”, pero respetó su decisión porque su partido “no es una secta y cada uno expresa sus discrepancias con las cosas que pasan de manera diferente”.

“Yo hubiera manifestado mi discrepancia como lo manifestaron el resto de los presidentes autonómicos del Partido Popular”, admitió Sirera. El andaluz Juanma Moreno, por ejemplo, criticó la medida, pero se puso el pinganillo, mientras que otros como el murciano Fernando López Miras o el valenciano Carlos Mazón desecharon la posibilidad de utilizar el servicio de traducción simultánea. Solo Ayuso se levantó de la mesa.

Sirera, sin embargo, quitó hierro al asunto y abogó por que la política vuelva a ser “un reflejo de lo que pasa en la calle” al tiempo que acusó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de utilizar las lenguas cooficiales para dividir. “Si yo tengo 17 amigos, uno de cada comunidad autónoma, y nos reunimos para cenar, hablaremos en castellano para entendernos, ¿no? Solo pido que se haga lo mismo que se hace cuando un dirigente del PNV mantiene una reunión con un dirigente de Junts, que es que hablan en castellano para entenderse”, expuso.

“Por tanto, utilizar mi lengua materna, que es el catalán, para hacer política me parece mal, me parece que es hacerle un flaco favor al catalán. Y el problema del catalán no es que Isabel Díaz Ayuso se levante de una reunión, el problema del catalán es que después de 40 años de política lingüística por parte de los nacionalistas y la izquierda, el catalán se usa menos en Cataluña que nunca. E imponerlo, establecer pinganillo, hacer cosas de este tipo, que son muy vistosas, no benefician en nada al uso normal del catalán en Cataluña”, zanjó.

OFICIALIDAD EN LA UE

Por otro lado, preguntado por la negativa del PP a oficializar el catalán en la UE, Sirera opinó que lo “normal” sería que la Generalitat de Cataluña utilizara sus “recursos y capacidad” para traducir los textos europeos al catalán, igual que la Xunta de Galicia y el Gobierno vasco si lo ven oportuno.

“Pero intentar forzar la obligatoriedad o la oficialidad de una lengua que no es oficial en todo el territorio nacional choca con los principios más elementales que en los otros países de la Unión Europea mantienen”, apostilló.

Sirera reconoció que “el catalán se tiene que potenciar”, pero “con sentido común” y dentro de Cataluña. Y pidió que se contemple como “un mérito y no un requisito” a la hora de aspirar a un empleo público. “Si queremos potenciar el catalán", agregó, lo que hay que hacer "es hacerlo agradable y que la gente entienda que aprender catalán es algo que beneficia y que, cuántas más lenguas conozcamos, mucho mejor. Pero impedir a un médico que venga a Cataluña a operar porque no sabe la lengua catalana, creo que es un perjuicio para los propios catalanes”, concluyó.

Por último, Sirera rechazó que estas dos posturas del PP puedan desgastar las siglas de su partido de cara a futuras elecciones porque “la gente en Cataluña no es tonta”.