Solana, que participa hoy en los actos electorales socialistas programados en Málaga, señaló en rueda de prensa que no puede precisar si el sacerdote Joaquín Vallmajó ha uerto, ya que "le perdimos la pista hace días", aunque aseguró que se ha dado orden a las representaciones diplomáticas de la zona para que intenten establecer comunicación con él.

El religioso decidió quedarse en Ruanda para seguir ayudando a sus feligreses, tanto en el aspecto espiritual como en el estrictamente humano.

No obstante, el ministro reconoció que la falta de pistas es la mayor preocupación y aventuró una prolongada resolución a esta misteriosa desaparición. "Realmente nadie sabe lo ue está pasando y, como no se puede entrar, es difícil el contacto por lo que no podremos tener noticias en un tiempo", señaló.

La decisión de las Naciones Unidas de enviar unos 3.000 cascos azules a Ruanda podría ser, a juicio de Javier Solana, la única fórmula para conocer el paradero del padre Vallmajó, si bien sostuvo que la tropas internacionales de interposición "lo pasarán muy mal" en el país africano.