Ya sea en coche, en tren, en avión o en autobús, el transportín es una de las opciones que mayor seguridad ofrece para las mascotas y, en algunos casos, incluso obligatoria. Aun siendo un espacio reducido, siempre y cuando este sea el adecuado y el acercamiento del animal se haya realizado de la manera oportuna, tanto perros como gatos pueden llegar a sentirse protegidos, relajados y seguros dentro de él. Tal y como explican expertos de Tiendanimal, uno de los aspectos principales es elegir bien el transportín para que se adecúe a las necesidades de cada animal y a su tamaño.

Aunque pueda parecerlo, no siempre es fácil que perros y gatos se acostumbren a este reducido espacio y lo hagan suyo. Es de especial relevancia favorecer que el animal se sienta cómodo y pierda el miedo. Una de las claves es dejarlo abierto en algún lugar de la casa, de manera que pueda olerlo y familiarizarse con él.

Cuando el acercamiento ya sea natural y lo que haga falta es que lo asocien con experiencias agradables, se le podrá ofrecer premios en su interior o colocar sus juguetes favoritos dentro, pero sin cerrar la puerta hasta cerciorarse de que hacerlo no desata el miedo o el nerviosismo. Se debe colocar el transportín con el perro o gato dentro del coche, primero parado y luego en marcha, en periodos cortos, hasta que el animal esté listo para realizar un viaje.

En el caso de los viajes en coche, el medio de transporte mayoritario, se debe tener en cuenta que el bolso de transporte se pueda sujetar al cinturón de seguridad. En el caso de mascotas pequeñas, lo más seguro será colocarlo en el suelo de los asientos traseros o en el maletero.

Siempre que sea posible, en los viajes largos se tendrán que realizar paradas frecuentes para que el animal pueda estirar las patas y beber agua, así como controlar la comida que ha tomado antes del viaje. No se debe dejar a las mascotas solas en el coche en ningún caso, pero mucho menos con altas temperaturas.

Para los trayectos en avión, los perros y gatos podrán viajar en cabina siempre en transportín y si no superan los 8 o 10 kilogramos de peso, según la aerolínea. Si su tamaño es mayor, deberán bajar a bodega, generalmente en una caja preparada para ello, a excepción de algunas razas braquiocefálicas, como los bulldogs o los bóxer, para quienes puede suponer un peligro, o en los casos en los que el animal sufra algún problema de salud. Habrá que garantizar que hayan recibido todas las vacunas pertinentes.

En los autobuses, barcos y trenes, son las compañías las que establecen las condiciones para que los perros y gatos puedan viajar junto a los pasajeros, en el maletero o en los espacios reservados para ello, pero siempre en transportín. Del mismo modo que en los aviones, el límite suele establecerse en los 10 kilogramos y es obligatorio llevar consigo la cartilla de vacunación.