Según informaron este martes Fundación Mapfre y el Consejo Español de Resucitación, estos datos proceden del informe 'EuReCa' sobre paradas cardíacas extrahospitalarias, que analiza la situación en 28 países europeos que representan el 64% del continente y más de 230 millones de personas.

El perfil predominante de los pacientes que sufren paradas cardiorrespiratorias corresponde a hombres con una edad media de 65,4 años y mujeres de 70,1 años, un patrón que se mantiene constante en la mayoría de los países analizados. La supervivencia española ante paradas cardiorrespiratorias extrahospitalarias alcanza el 10,8%, superando el promedio europeo del 7,5% y a países como Francia (5%), Reino Unido (7,3%), Alemania (5,7%) e Italia (6,6%).

TIEMPO CRÍTICO DE RESPUESTA

En España, el tiempo medio de respuesta es de 11 minutos, y solo el 23,5% de las personas que sufren una parada cardíaca son atendidas durante los primeros ocho minutos críticos. Los expertos advierten que cuando la respuesta supera los 15 minutos las probabilidades de supervivencia se reducen a la mitad.

La reanimación por testigos resulta fundamental, aunque en España solo se produce en un 39,3% de los casos, muy por debajo del 59,4% de media europea. Esta intervención temprana está directamente relacionada con mayores tasas de supervivencia.

José Ignacio Ruiz Azpiazu, director médico del Servicio de Emergencias 061 de La Rioja, enfatizó que "cada minuto cuenta" y que disponer de desfibriladores y conocimientos sobre reanimación cardiopulmonar es "vital".

LLAMAMIENTO A LA FORMACIÓN

La doctora Eva Arranz, de Fundación Mapfre, destacó la importancia de que cualquier testigo inicie la resucitación cardiopulmonar (RCP) mientras llegan los servicios de emergencia, ya que esto puede marcar la diferencia en la supervivencia.

"Resulta crucial insistir en la formación ciudadana en primeros auxilios y aumentar la disponibilidad de desfibriladores públicos", señaló Gonzalo Zeballos, presidente del Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar. Los expertos recomiendan valorar primero el estado de consciencia de la víctima, pedir ayuda a testigos, colocar al paciente boca arriba y verificar si respira. Si no hay respuesta, se debe llamar a emergencias e iniciar inmediatamente la RCP.

Las compresiones torácicas deben realizarse a un ritmo de 100 a 120 por minuto, alternando con respiraciones en proporción 30:2. Además, si hay un desfibrilador disponible, debe utilizarse siguiendo sus instrucciones sin interrumpir la RCP hasta la llegada de los servicios sanitarios.

El estudio concluye que, aunque España mantiene buenos niveles de supervivencia, aún hay margen de mejora, especialmente en la respuesta inicial de testigos y en la concienciación social sobre la importancia de la formación en primeros auxilios.