El Alto Tribunal asegura que, a pesar de que el fallecido se colgó de la portería para realizar determinados ejercicios que no se correpondían con el objetivo de la portería, las instalaciones "no están exentas de reunir las condiciones de seguridad precisas en evitación de daños", y la portería debería haber estadoasegurada, para lo que contaba con los pertinentes sistemas de anclaje.

El ayuntamiento navarro apeló la sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra al estimar que la responsabilidad era del fallecido, puesto que fue él quien optó por la utilización irregular de la portería.

El Supremo niega este extremo y asegura que buena prueba de la mala actuación del ente municipal es que, una vez ocurrido el accidente, "fueron cambiados los modelos de portería, fijándose las mismas en el suelo".