En concreto, a Matas se le acusaba de espiar supuestamente, a través de su entonces secretario, Sebastiá Vallori, el correo electrónico del ex presidente de la Comisión Insular de Urbanismo de Mallorca, e socialista Francecs Quetglas, entre 1998 y 1999. En esos años, Vallori recibió 38 correos electrónicos dirigidos a Quetglás.

Para los magistrados de Tribunal Supremo encargados del caso, no se ha podido acreditar, "ni siquiera indiciariamente", la realidad del hecho delictivo denunciado.

Así consta en un auto hecho público hoy, en el que el Supremo viene a hacer suyos los argumentos de la Fiscalía, la cual insistía en su día en la ausencia de indicios razonables" para imputar a Matas, que en 199 dirigía el Gobierno balear, en el "caso Bitel".

Para la Fiscalía, el motivo de que el secretario de Matas recibiera estos "e-mails" no fue otro que un error de la empresa Bitel, a la que pertenece el servidor del correo electrónico tanto de Vallori como de Quetglas.