Se trata de un medicamento que lleva recetándose ya 30 años, pero exclusivamente a las mujeres mayores de 50 años, ya que los doctores pensaban que no ofrecía ningún beneficio a las mujeres premenopáusicas. El coste de la medicina es de 10.000 pesetas al año.

El tamoxifeno actúa bloqueando pequeñas áreas cancerígenas, imposibles de detectar, y evitando su alimentación a base de hormonas. Un estudio de 20 años de duración, en el que se han visto implicadas 37.000 mujeres de 15 países, ha demostrao que el 42% de mujeres que se someten a una operación de cáncer de pecho vuelven a desarrollar tumores.

El porcentaje se redujo en un 26% entre las mujeres que tomaron tamoxifeno. "Si todos los doctores del mundo empiezan a recetar esta medicina, en cinco años habrá suficientes mujeres salvadas de una muerte segura como para llenar el estadio de Wembley", opinó Richard Peto, el epidemiólogo de Oxford que ha coordinado la investigación.

Así, comenzar con el tratamiento justo después de la operacin previene el desarrollo de un nuevo tumor en una de cada seis mujeres y evita la muerte a una de cada doce. El porcentaje que queda sin cubrir es motivado porque la tamoxifena es efectiva sólo cuando el cáncer se debe a los estrógenos. Esto sucede en dos tercios de los casos.

En cuanto a los efectos secundarios, los beneficios son 30 veces mayores que los perjuicios, en un período de cinco años. Dos de cada 1.000 mujeres que tomen el medicamento morirán de cáncer de útero y una de cada 1.000 de un cogulo sanguíneo en los pulmones.

En estos momentos, otros estudios se centran en la posibilidad de que este medicamento sea bueno incluso para prevenir el desarrollo del primer tumor en las mujeres con alto riesgo. Aunque los científicos americanos aseguran que es así, los británicos se muestran más escépticos.