El alcalde de Madrid, Agustín Rodríguez Sahagún, junto con los responsables de Cultura del Ayuntamiento, presidirá la inaugración de las nuevas instalaciones.

Después de la intervención del alcalde, se desarrollarán dos representaciones de marionetas a cargo de otras tantas compañías que abrirán el calendario de actuaciones.

De esta forma, a partir de ahora la capital de España contará con un nuevo local para este tipo de manifestaciones, dirigidas especialmente al público infantil.

GRAVE ESTADO DE ABANDONO

El arquitecto Felipe González Martínez, encargado de la obra, explicó a Servimedia que el abandono del atiguo teatro hizo necesaria la demolición y posterior creación de un edificio moderno.

El anterior casón de dos pisos estaba terminado en rollizos de madera, con una cubierta de brezo "que fue quemada cinco o seis veces", según comentaron representantes municipales, rodeado de unas gradas de mecanotubo con paneles de madera, mientras el cableado iba de un árbol a otro.

Ahora la luz va canalizada y se han instalado unos altavoces desmontables, puertas y ventanas blindadas, una crestería en resina on el escudo del ayuntamiento, bases de farolas de fundición, cubierta volada de pizarra y un juego de 20 luces para el escenario.

Las obras, que comenzaron a mediados del pasado mes de julio y han durado cuatro meses, con un presupuesto de 25 millones de pesetas aportadas por el área de Infraestructuras, fueron realizadas por la sección de Parques y Jardines y ahora dependerán del departamento de Cultura.

GAMBERROS

A partir de una cimentación nueva, se ha construido un recinto hexagonal, de uns cuarenta metros cuadrados, con cuatro gradas, que guarda cierta relación con el templete de música del mismo parque.

"Los gamberros ya han pintado los murales que había realizado Algora; suerte que está hecho en gres vitrificado y se puede limpiar con disolvente", explicaron a Servimedia portavoces del ayuntamiento.

En cuanto al interior, las mismas fuentes afirman que "se instaló un equipo de música bastante bueno, de muchos watios, y el micrófono ya ha desaparecido y los altavoces están destrzados porque alguien se ha subido encima para abrir la ventana".

Francisco Porras, que tiene una cesión municipal para gestionar el teatro, ha manifestado que el nuevo espacio es insuficiente, ya que el anterior edificio tenía dos plantas, que se han quedado reducidas a una.

Porras prometió el pasado verano quemarse a lo bonzo, rociándose de gasolina, aunque finalmente no lo hizo, tras mantener en vilo a los madrileños. La razón de esta amenaza fue que el ayuntamiento no le renovó el contrato par dirigir el teatro.

Tras mantener varias conversaciones con el concejal del área de Cultura, Joaquín Alvarez de Toledo, y con los profesionales del títere, Francisco Porras fue ratificado de nuevo en el cargo y renunció a autoinmolarse en la Plaza de la Villa.