El acuerdo, que será suscrito hoy en México D.F., dará lugar a la creación de una empresa en la que los socios locales retendrán el 51 por ciento del capital, de acuerdo con la legislción mexicana, mientras que el 49 por ciento restante corresponderá a AT&T (20%), GTE (14,5%) y Telefónica Internacional (14,5%).

La empresa resultante tiene previsto invertir unos 1.000 millones de dólares en los próximos 5 años para construir una red de larga distancia que compita con el tradicional operador mexicano Telmex y otras empresas como MCI, Bancomex, Iusacel y Bell Atlantic.

La estrategia de la nueva compañía pasa or operar en todos los ámbitos de las telecomunicaciones tan pronto com el proceso liberalizador en marcha lo permita.

El mayor potencial que representa la concentración de recursos provenientes de la fusión, que evitará la duplicidad de redes, permitirá aprovechar las inversiones para actuar preferentemente tanto en la larga distancia, nacional e internacional, como en transmisión de datos y comunicaciones avanzadas, así como en el campo del multimedia.

La consolidación de la fusión se producirá cuando se obtengan las autorizaciones administrativas requeridas y se ormalicen los acuerdos definitivos ante los socios.

El mercado mexicano, con 90 millones de habitantes, factura anualmente en el segmento de larga distancia 4.000 millones de dólares, siendo el 80 por ciento del volumen del tráfico internacional con los Estados Unidos.