La veterinaria de Clinicanimal, Eva Sánchez-Paniagua, explicó que “la hidratación no solo implica la ingesta de agua”, sino también “proporcionar métodos externos para refrescarse”, ya que los perros no sudan y regulan su temperatura principalmente a través del jadeo y las almohadillas. Este control térmico limitado hace que sean especialmente vulnerables durante los meses cálidos, explicó.

En cuanto a la hidratación interna, la experta ha recordado que el agua es esencial para el correcto funcionamiento celular y sistémico. Una falta de agua puede provocar desajustes en la digestión, la eliminación de toxinas y el equilibrio electrolítico, lo que puede desembocar en un cuadro grave de deshidratación, argumentó Sánchez-Paniagua.

Para prevenir estos efectos, Tiendanimal recomienda emplear soluciones prácticas como botellas portátiles, fundas refrigerantes y bebederos especiales que ayuden a conservar la frescura del agua. Estos artículos están diseñados para ofrecer agua fresca en todo momento y facilitar su consumo durante paseos o viajes, detalló la compañía.

Además, la refrigeración externa se vuelve fundamental. Productos como piscinas plegables, chorros de agua y juegos interactivos de la línea ‘Summer Vibes’ ayudan a los perros a disipar el calor de forma segura. El uso de estas herramientas es clave para evitar episodios de sobrecalentamiento, puntualizó la veterinaria.

“Las piscinas son un excelente recurso para refrescar a los perros, y los juguetes acuáticos pueden ayudar a los más reacios a disfrutar del agua”, añadió Sánchez-Paniagua. En caso de detectar síntomas como jadeo excesivo, letargo o desorientación, la experta aconsejó acudir de inmediato al veterinario, ya que una intervención temprana puede resultar vital, concluyó.