Así se desprende del último boletín climático del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), dependiente de la Comisión Europea.

El boletín, difundido este jueves, señala que la temperatura del aire en la superficie del planeta fue de 13,54 grados durante el pasado febrero, lo que supone 0,81 más que la media de ese mes entre 1991 y 2020, y 0,12 por encima del anterior febrero más cálido, de 2016.

La serie histórica comienza en enero de 1940 y señala que el pasado febrero fue el noveno mes consecutivo con récord mensual de calor en el planeta, una tendencia iniciada en junio de 2023, cuando comenzó un nuevo episodio de El Niño.

La anomalía de temperatura global de febrero de 2024 resultó inferior a la de los últimos cuatro meses del año pasado (0,93 más de lo normal en septiembre, y 0,85 en octubre, noviembre y diciembre), pero superior a la de todos los meses anteriores en el registro histórico.

“Febrero se une a la larga racha de récords de los últimos meses. Por muy notable que parezca, no es realmente sorprendente, ya que el calentamiento continuo del sistema climático conduce inevitablemente a nuevos extremos de temperatura. El clima responde a las concentraciones reales de gases de efecto invernadero en la atmósfera, por lo que, a menos que logremos estabilizarlas, inevitablemente nos enfrentaremos a nuevos récords de temperatura global y sus consecuencias”, según Carlo Buontempo, directo4r del C3S.

1,56 GRADOS MÁS

Además, el mes pasado fue 1,77 grados más cálido que la estimación de la media de febrero entre 1850 y 1900, esto es, el periodo preindustrial de referencia. Es la segunda anomalía más alta desde 1940, solo por detrás de diciembre de 2023 (1,78 grados).

La temperatura media mensual de los últimos 12 meses (marzo de 2023 a febrero de 2024) resultó ser la más alta jamás registrada, con 0,68 grados por encima del promedio entre 1991 y 2020, y 1,56 respecto al del periodo preindustrial entre 1850 y 1900.

El mundo experimentó temperaturas excepcionalmente altas durante la primera mitad de febrero, con dos grados más sobre los niveles preindustriales durante cuatro días consecutivos (del 8 al 11).

En Europa hizo 3,3 más de lo habitual, con temperaturas muy superiores a la media en el centro y el este del continente.

Fuera de Europa, las temperaturas estuvieron muy por encima de la media en el norte de Siberia, el centro y el noroeste de América del Norte, la mayor parte de América del Sur, África y el oeste de Australia.

La temperatura media mundial de la superficie del mar para febrero de 2024 entre las latitudes 60ºS y 60ºN -es decir, todo el planeta salvo Groenlandia, la Antártida y la zona más al norte de América, Europa y Asia- resultó ser la más alta de cualquier mes, por encima del récord mensual anterior, de agosto de 2023 (20,98 grados).

De hecho, la temperatura media global de la superficie marina alcanzó un nuevo máximo absoluto de 21,09 grados a finales de febrero.

LLUVIA

En cuanto a las precipitaciones, febrero de 2024 fue más húmedo de lo normal en amplias zonas de Europa, concretamente en una gran banda que va desde la Península Ibérica hasta el oeste de Rusia, así como las islas británicas, el sur de Escandinavia, los Alpes y gran parte de Italia.

Llovió menos de lo habitual en la mayoría de los países mediterráneos, zonas de los Balcanes, gran parte de Turquía, regiones de Islandia y el norte de Escandinavia, así como amplias áreas del oeste de Rusia.

Más allá de Europa, fue más húmedo que la media en el oeste y el noreste de América del Norte, una gran región desde Eurasia hasta Asia central, partes de China y Japón, el sureste de Brasil, zonas del sur de África y el norte de Australia. Estas condiciones a menudo se asociaron con el paso de ciclones.

Por el contrario, se establecieron condiciones más secas que el promedio en partes de América del Norte, el Cuerno de África, la Península Arábiga, el sur de Asia central, la mayor parte del sur de África, América del Sur y Australia, a menudo asociadas con incendios forestales.

HIELO MARINO

Por otro lado, la extensión del hielo marino del Ártico en febrero de 2024 estuvo un 2% por encima de la media, no tan baja como en los últimos años, sobre todo con la extensión mínima de febrero de 2018 (entonces, un 6% menos). Sin embargo, se situó por debajo de lo observado en las décadas de 1980 y 1990.

Las concentraciones de hielo marino estuvieron marcadamente por debajo de la media en el norte del mar de Barents y sobre los valores normales en el cercano mar de Groenlandia.

Por su parte, la extensión del hielo marino antártico alcanzó su extensión mínima mensual anual, la tercera más baja en el registro de datos satelitales (un 28% menos que la media) y no lejos del mínimo histórico de febrero de 2023 (-33%).

En febrero quedó poco hielo marino alrededor de la Antártida, principalmente en el Mar de Weddell, y hubo concentraciones de hielo marino por debajo del promedio más prominentes en el norte del Mar de Weddell y en el sector del Mar de Ross-Amundsen.