La redacción de estos proyectos, que cuenta con un presupuesto de 1.984.120 euros, es un primer paso para profundizar en el conocimiento del estado de las aguas subterráneas en España, pues permitirá aumentar en más de un 50% la red existente de control cuantitativo de los acuíferos y en un 15% la red de control de su estado químico, según informó el departamento dirigido por Teresa Ribera.

La red de control piezométrico de las masas de agua subterránea de las demarcaciones hidrográficas es una de las principales fuentes de información sobre el estrés hidrológico al que están sometidos los acuíferos y de cómo el cambio climático afecta a su recarga.

Los piezómetros proporcionan datos que abarcan tanto las diferencias topográficas, geológicas y climáticas como los usos del terreno donde se sitúan las masas de agua subterráneas. Su distribución espacial y profundidad de medición permiten contemplar las fronteras físicas y la complejidad geológica de los acuíferos.

4.000 PUNTOS

La ejecución de estos proyectos lleva asociada una inversión de más de 40 millones de euros en el marco del Plan de Recuperación, Transición y Resiliencia. Una vez que se hayan construido estos piezómetros, se prevé que la red de control del estado cuantitativo de las aguas subterráneas pase de los 2.300 puntos actuales a un total de 4.000.

Por su parte, la red del estado cualitativo alcanzará los 3.500 puntos de medida de calidad del agua. La red piezométrica estará conectada en tiempo real con los Sistemas Automáticos de Información Hidrológica (SAIHs) de las confederaciones hidrográficas.

Estos proyectos complementan los que se han venido ejecutando desde 2018, que han permitido la reparación y mejora de la red de piezometría existente y su integración en los sistemas automáticos de información hidrológica. La inversión hasta ahora asciende a alrededor de 20 millones de euros.

Las aguas subterráneas constituyen un recurso esencial para atender las demandas hídricas y son de especial importancia en situaciones de sequía. En España se utilizan cerca de 7.000 hectómetros cúbicos (hm3) al año, lo que supone un cuarto del total del volumen de agua usada en el país. De estos, alrededor de 1.200 hm3 se destinan al abastecimiento urbano y unos 5.100 hm3 a usos agrarios.

Sin embargo, un 40% de las masas de agua subterránea de Españas no se encuentra en buen estado. A pesar de los avances de los últimos años, los índices de explotación de acuíferos siguen siendo muy elevados y persisten los problemas de contaminación difusa por nitratos y plaguicidas y de salinización por cloruros y sulfatos, según Transición Ecológica.