El viernes 13 de junio al proceder a cambiar a un interno conflictivo de módulo, este comenzó a insultar y amenazar de forma agresiva y violenta a los jefes y funcionarios. Cuando se procedía a su traslado, el interno se atrincheró en la sala de televisión y comenzó a romper y destrozar el mobiliario, haciéndose con una pata de una silla y de una mesa con la que intentó agredir a los presentes.

Los jefes y funcionarios se equiparon con los trajes de intervención y regresaron al módulo para cumplir la orden de traslado de dicho interno, pero este siguió amenazando. Finalmente, lograron que el interno depusiera su actitud y entregara los objetos punzantes. Después fue trasladado a Enfermería dado que no se le podía llevar al módulo de aislamiento al no tener médico en el Centro.

Durante la intervención, en la que los funcionarios no se lesionaron, se vivieron "momentos de mucho riesgo y tensión".

Así lo denuncia CSIF Prisiones, recalcando que "el día del incidente en Estremera no había servicio médico, siendo una constante habitual en todas las prisiones madrileñas". Por eso, reclaman que se vayan cubriendo las plazas vacantes para evitar altercados de este tipo.

Además de este altercado, también hubo una pelea y reyerta entre internos, a los que no se les pudo llevar al departamento de aislamiento por no poder aplicarles dicha medida regimental, "lo que pone en riesgo a los funcionarios que trabajan en el Centro a la vez que provoca una inseguridad a la hora de trabajar".

Para CSIF Prisiones, "este hecho, lleva consigo que se agraven todos estos problemas regimentales". Por, eso, solicita "medios, formación, la condición de agentes de la autoridad, unas medidas de seguridad adecuadas y que la Administración Penitenciaria aborde de una vez por todas las carencia de personal sanitario en todas las prisiones de Madrid".