Esas 30 personas fueron arrestadas el 18 de septiembre de 2013 por las fuerzas especiales rusas después de que marcharan a bordo del barco ‘Arctic Sunrise’ y trataran de encadenarse posteriormente ante una plataforma petrolífera de Gazprom, en aguas del mar de Barents, en el Ártico.

Los ’30 del Ártico’ resultaron detenidos bajo acusaciones de piratería después de que varios comandos rusos abordaran el Arctic Sunrise -el legendario barco de Greenpeace- desde un helicóptero y lo tomaran por la fuerza.

Los activistas pasaron dos meses en centros de detención, primero en la ciudad ártica de Murmansk y luego en San Petersburgo, acusados de graves penas que conllevaban largas condenas de cárcel, antes de ser puestos en libertad bajo fianza y finalmente liberados por una amnistía adoptada por la Duma rusa.

“En un momento en que las autoridades de muchos estados están tomando duras medidas contra los activistas climáticos, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos envía un mensaje claro: defender el medio ambiente es crucial y se debe proteger el derecho de las personas a manifestarse”, señaló Sergey Golubok, abogado de los ’30 del Ártico’.

Por su parte, Faiza Oulahsen, responsable de la campaña de Clima y Energía de Greenpeace Países Bajos y una de los ’30 del Ártico, subrayó: “Este fallo no podría llegar en un momento más crítico: personas de todo el mundo se están revelando contra la industria de los combustibles fósiles que nos está hundiendo cada vez más en la crisis climática, causando muerte, destrucción y desplazamientos en todo el mundo”.

“El tribunal ha reconocido que el activismo climático es necesario para proteger todo lo que nos importa, afirmando que es ‘una expresión de opinión sobre un asunto de gran interés social’. Los tribunales y los Gobiernos deben defender a las personas y a la naturaleza, no a los grandes contaminadores”, apostilló.

PROTESTA PACÍFICA “VITAL”

Mads Flarup Christensen, director ejecutivo de Greenpeace International, destacó que “la protesta pacífica es vital para abordar y navegar las múltiples crisis que afectan a las personas y al planeta”. “Cada vez más gente se indigna ante las ganancias de las grandes compañías que dañan el planeta y ante los poderes que están por encima de los intereses de las personas, por eso es tan importante que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos nos recuerde hoy que la protesta pública pacífica es un derecho que las autoridades públicas deben respetar en su totalidad”, recalcó.

Este año se han producido duras medidas contra manifestantes ecologistas pacíficos, como tres años de prisión por escalar un puente en Reino Unido y cinco meses por bloquear una carretera en Alemania, así como ‘arrestos preventivos’ de activistas climáticos en Países Bajos.

“En España, también se ha denunciado un aumento progresivo de la criminalización y represión de los colectivos y organizaciones en el ámbito del activismo climático con medidas cada vez más duras, infiltración de fuerzas de seguridad en los colectivos y criminalización de periodistas que habitualmente cubren estas actividades”, según Greenpeace.