La UE ha dado su aprobación a la operación, al considerar que "no existen motivos de preocupación en ninguno de los dos mercados". Las plantas estarán integradas: la eléctrica utilizará el gas regasificaco procedente de la otra fábrica, mientras que el gas restante se distribuirá por la red gasística vasca.

La planta de electricidad supondrá un escaso aumento de la capacidad de este mercado. Además, a Comisión aduce que el suministro de electricidad se efectuará a través de un "pool" (mercado mayorista) que regula el acoplamiento de la oferta y la demanda.

Por su parte, la planta de regasificación sí que representa un pequeño aumento de la capacidad de este mercado. Bruselas destaca que nuestra legislación permite el acceso a terceros a esta red en el caso de las capacidades no comprometidas previamente en los servicios ordinarios.

En consecuencia, la Comisión ha decidido no plantear objeció alguna a la operación, puesto que entiende que es compatible con el mercado común.