En un comunicado, la central que dirige Pepe Álvarez respaldó la decisión porque responde “en buena parte” a las demandas planteadas por UGT.

El sindicato destacó particularmente que las dos marcas vayan a continuar durante unos años y sus órganos de decisión, así como que se mantenga el empleo, la red de oficinas y el acceso al crédito para pymes y autónomos.

“Estas medidas no sólo resultan indispensables para mitigar los efectos más lesivos que este tipo de operaciones puede tener sobre el tejido social y económico, sino que deberían llevar al BBVA a desistir de su intento de absorción, al constatar que no existe margen para utilizar esta operación como vía de recorte, exclusión financiera o concentración de poder de mercado”, consideró UGT.

En todo caso, concluyó que esta operación pone de relieve que “entidades como el Banco Sabadell refuercen su autonomía y su solvencia estratégica, dotándose de los instrumentos necesarios para no aparecer como actores vulnerables en futuros intentos de concentración o toma hostil”.