Se trata, según entiende el sindicato dirigido por Pepe Álvarez, de “una muestra más de la discriminación diaria que sufren las mujeres en el entorno laboral”. Además, lamenta que “no es la primera vez que una aerolínea pide a sus empleadas o futuras empleadas un código de vestimenta más que cuestionable, o cumplir ciertos requisitos estéticos”.

En un comunicado, el sindicato recalca que la imposición de códigos de vestimenta y maquillaje a las mujeres de la empresa es “un caso más de la desigualdad y el machismo que siguen existiendo en la sociedad y en los centros de trabajo”, a pesar de que se hayan aprobado leyes para evitar este tipo de situaciones.

Para UGT, cumplir la normativa en materia de igualdad acabaría con la discriminación y las brechas, por lo que reclama “aumentar la vigilancia y reforzar la Autoridad Laboral, endurecer las sanciones a las empresas que incumplan la ley e impulsar medidas potentes a través de la Negociación Colectiva”.